No es un souvenir: la sorprendente historia de la concha que llevan todos los peregrinos

La vieira es hoy el símbolo universal del Camino de Santiago. La vemos en señales, mochilas, credenciales y recuerdos. Pero mucho antes de ser un icono turístico o gráfico, fue un objeto físico real, una concha marina que los peregrinos recogían al llegar a la costa gallega como prueba de haber alcanzado su meta. Su asociación con el apóstol Santiago nace de la tradición cristiana que cuenta que, tras su martirio en Jerusalén, su cuerpo fue trasladado por mar a Galicia. Al llegar a las costas de Padrón, los restos llegaron cubiertos de vieiras, lo que convirtió a la concha en símbolo del apóstol. Desde entonces, portar una vieira pasó a ser sinónimo de haber llegado a Santiago, o incluso de estar aún en camino. Durante la Edad Media, las conchas se convirtieron en un objeto distintivo del peregrino auténtico. En una época donde viajar implicaba riesgos y sacrificios, llevarla indicaba la superación de esa prueba. A menudo se vendían en los alrededores de la catedral, y su posesión también otorgaba ciertos beneficios o reconocimiento en las ciudades cristianas del continente. La vieira no solo tenía valor espiritual. Para los peregrinos medievales, era un utensilio práctico: con ella podían beber agua de fuentes o arroyos durante su largo trayecto. La forma de cuenco natural de la concha la hacía útil y accesible, ligera y fácil de portar. Además, en un tiempo en el que las rutas no estaban señalizadas, la concha ayudaba a identificar al peregrino ante los lugareños. Portarla podía abrir puertas: muchos pueblos ofrecían comida o cobijo a quienes estaban “en el Camino”. Con el paso del tiempo, la vieira pasó a ser también un símbolo heráldico y decorativo. Aparece esculpida en piedra en hospitales de peregrinos, iglesias y hasta en escudos de armas. Y aunque su función práctica fue desapareciendo, su poder evocador como objeto identitario se mantuvo firme hasta nuestros días. Hoy, la vieira sigue siendo el emblema por excelencia del Camino de Santiago. Se encuentra en señales de piedra, mojones amarillos, camisetas, gorras o bordada en mochilas. Pero también en los pasaportes del peregrino, en medallas conmemorativas y, sobre todo, colgando de las mochilas de quienes caminan. El diseño actual se ha estilizado, con rayas que parten desde un punto común, evocando tanto los nervios de la concha como la idea de que todos los caminos llevan a Santiago. En muchos casos, la vieira moderna es de plástico, metal o cerámica, pero no pierde su carga simbólica: es el objeto que une a miles de personas de todo el mundo en una misma experiencia. En algunas tradiciones contemporáneas, los peregrinos no empiezan el Camino con la concha, sino que la reciben al llegar a la Catedral como símbolo de culminación. En otros casos, es lo primero que compran al empezar la ruta, como una declaración de intenciones. Más allá de lo religioso, la vieira representa hoy también una transformación interior. Para muchos peregrinos, colgarse una vieira es asumir un reto personal, espiritual o emocional. Cada surco de la concha recuerda que hay muchos caminos posibles, pero todos llevan a un mismo fin. En otras interpretaciones, la forma de abanico simboliza la protección divina que el apóstol ofrece al caminante. También se asocia con la idea de apertura, humildad y aprendizaje. Incluso hay quien ve en la concha una representación del alma, abierta al viaje. En la actualidad, cada peregrino le da su propio significado. Algunos la llevan como homenaje a seres queridos, otros como símbolo de fe, otros como simple recuerdo de una experiencia transformadora. Pero en todos los casos, la vieira se mantiene como el objeto que narra una historia de pasos, esfuerzo y propósito. Si quieres seguir conociendo objetos históricos que se encuentran en distintas ciudades de España, no dejes de ver Un Lugar en la Tierra, que nos ayuda a descubrir la riqueza histórica, artística y espiritual del patrimonio de la Iglesia. Acompañado por expertos en arte sacro, por historiadores y testimonios locales. No te lo pierdas, los viernes a las 21:30 h, en TRECE y trecetv.es.