Joseba Segura, sobre Gaza: "Qué indignidad nos falta por ver para reaccionar"

En la homilía pronunciada con motivo de la festividad del apóstol Santiago, el obispo de Bilbao, Joseba Segura, ha reflexionado sobre la necesidad de abandonar la "lógica del poder", instalada en un mundo marcado por conflictos y sufrimiento. En concreto, se ha referido a la situación que vive Gaza, donde su población muere también por una "hambruna controlada a voluntad". "Asistimos diariamente a noticias de bombardeos de hospitales y parroquias, a asesinatos de médicos, de periodistas, de incontables niños. Y uno se pregunta, qué indignidad nos falta por ver para que el mundo reacciones ante lo que el Papa león XIV denominaba como barbarie", ha lamentado en la Eucarestía presidida en la catedral de Santiago, en Bilbao, que celebra el día de su patrón. Segura ha denunciado la persistente atracción de la "espada", un símbolo de "venganza" que solo ofrece una falsa protección. “La espada es atractiva porque da sensación de seguridad, pero la seguridad que inspira, sobre todo cuando se utiliza contra la dignidad humana, es siempre efímera y se vuelve contra quien recurre a ella”. En su mensaje, el obispo de Bilbao ha criticado la mentalidad contemporánea: “Vivimos en un tiempo que lee todo en clave de poder. Los titulares hablan de quién gana y de quién pierde, de quién domina, de quién se impone”. Frente a esta visión, ha destacado la enseñanza de Jesús, el "amor". Segura ha recordado el testimonio de Santiago, "el primer apóstol en derramar su sangre por la fe". “Santiago no murió luchando por un trono. No murió vengando a nadie ni defendiendo privilegios; entregó su vida convencido de que Cristo estaba vivo”. Este martirio, según el prelado, demuestra que el verdadero poder no está en la espada, sino en “el amor que sirve”, un mensaje que "interpela" a la sociedad actual. Segura ha instado a la comunidad cristiana a ser distinta, incluso en sus debilidades. “No será perfecta, pero ojalá sea capaz de ser y de vivir de manera distinta”. Y ha citado el Evangelio: “Aquí los últimos son los primeros, los débiles fuertes, los grandes pequeños”. Para sanar conflictos, ya sean familiares, políticos o eclesiales, el llamamiento es a renunciar a la violencia y aprender “la dura lección del perdón”. “Gobernar sirviendo, liderar entregándose, brillar haciéndose pequeño: esta es la revolución de Jesús, la que Santiago acabó abrazando”, ha afirmado. Para el obispo la verdadera influencia se ejerce desde la humildad, transformando vidas sin necesidad de dominar.  “El de servir mejor a las personas que Dios pone en nuestro camino, defendiendo siempre su dignidad”, como hizo Santiago Apóstol.