Ibai de Triana

Hay una tentación irresistible para el forastero de mimetizarse en Sevilla. El guiri cree que aquí se toma sangría para desayunar, las mujeres van vestidas de flamenca cualquier día del año y todos los hombres saben torear. Según Chaves Nogales, esta tendencia del foráneo a tener apariencia sevillana en cuanto nota la sombra de la Giralda caer sobre su pecho se debe al desconcierto de «esta diafanidad de nuestro ambiente». El escritor estaba convencido de que «esta luz violenta que amenaza con descomponerse en los siete colores del espectro» es directamente enloquecedora. Y es posible que semejante claridad, no apta para los ojos grises, acabe desinhibiendo a los aborígenes del frío y la niebla en busca de una identidad soñada.... Ver Más