El motivo por el que la gasolina va a ser más cara tras el verano tiene que ver con un movimiento internacional de España: "Se ha comprometido"

El precio de los carburantes en España sigue siendo una preocupación constante para los conductores, especialmente en un verano marcado por millones de desplazamientos y una ligera tregua en los costes respecto a años anteriores. Sin embargo, según los expertos, esta situación podría cambiar drásticamente en los próximos meses debido a compromisos internacionales adquiridos por el Gobierno español con la Unión Europea. Pilar García de la Granja, analista económica, ha alertado en La Linterna de que "el Gobierno se ha comprometido con Bruselas a equiparar el litro de gasolina al del gasóleo", una medida que, unida a la futura imposición de peajes en autovías, encarecerá notablemente la movilidad en el país. Según los últimos datos recogidos en las estaciones de servicio, el gasóleo se sitúa en una media de 1,44 euros por litro, alcanzando máximos no vistos desde abril. Por su parte, la gasolina mantiene una estabilidad relativa, con un precio medio de 1,50 euros, aunque sigue siendo más cara que el diésel. Esto significa que llenar un depósito medio (55 litros) ronda los 79 euros en el caso del gasóleo y los 82 euros para la gasolina. Gonzalo Zaballa, redactor de La Linterna, destaca que, aunque los precios son elevados, los conductores se ahorran entre 3 y 7 euros por depósito en comparación con el verano de 2024. Además, la situación dista mucho de los registros históricos de 2022, cuando la guerra en Ucrania disparó los combustibles hasta niveles récord. No obstante, Rubén Corral, presentador del programa, subraya que "el depósito sigue siendo muy caro", una percepción compartida por muchos españoles que afrontan los gastos de sus vacaciones con un poder adquisitivo aún resentido por la inflación. La advertencia de García de la Granja apunta a un factor decisivo en la evolución de los precios: los acuerdos de España con la Comisión Europea. "El Gobierno se ha comprometido con Bruselas a equiparar el litro de gasolina al del gasóleo", explicó la analista. Esta medida forma parte de una estrategia más amplia de armonización fiscal en la UE, que busca reducir las distorsiones en el mercado y avanzar hacia la descarbonización. Hasta ahora, el diésel ha disfrutado de una fiscalidad más favorable en España, lo que ha mantenido su precio por debajo de la gasolina. Sin embargo, la equiparación implicará, casi con toda seguridad, un incremento en los impuestos aplicados al gasóleo o una rebaja en los de la gasolina, aunque los expertos apuntan a que lo más probable es que sea el diésel el que se encarezca para igualar a su competidor. Además, García de la Granja ha recordado otro compromiso clave: la introducción de peajes en las autovías españolas, una medida que Bruselas lleva años reclamando para financiar el mantenimiento de las infraestructuras. "Conducir va a ser más caro, y la gasolina y el gasóleo también", sentenció. El anuncio de estas medidas llega en un momento delicado. Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica, el consumo de carburantes en España ha repuntado este verano, acercándose a niveles prepandemia, lo que refleja una recuperación de la demanda. Sin embargo, la subida anunciada podría frenar este crecimiento, especialmente entre los conductores con menos recursos. Las asociaciones de consumidores ya han mostrado su preocupación. "Cualquier aumento en los precios de los combustibles o en los costes de circulación impacta directamente en el bolsillo de las familias y en la competitividad del transporte", señaló un portavoz de la OCU. Por su parte, las patronales de transporte han advertido de que un encarecimiento del diésel podría trasladarse a los precios de los bienes de consumo, generando un efecto inflacionario en cadena. Mientras tanto, el Gobierno no ha concretado aún el calendario de aplicación de estas medidas, aunque fuentes cercanas a Moncloa sugieren que podrían activarse progresivamente a partir de otoño. Lo que parece claro es que, tras un verano con precios relativamente estables, los conductores españoles deberán prepararse para una nueva escalada en los costes de la movilidad.