A menudo llueve. Y lluvia significa mierda. En el valle de Imotz y aguas abajo llevamos décadas sufriendo la mala gestión de los purines de la Cooperativa Agropecuaria San Miguel de Oskotz. La primavera pasada, en cuanto llovía un poco, la balsa de purines, que al parecer no había sido vaciada durante el verano, se sobraba, cayendo el purín en numerosas ocasiones por la ladera y llegando hasta el río Imotz. Pero esto no sucede solo cuando llueve.