Las casas de empeño se consolidan más como el principal aliado de los padres de familia en el regreso a clases, con un crecimiento de operaciones prendarias de 7.2 por ciento en las últimas cuatro semanas, reveló Joel Rodríguez Navarro, director general de la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Prendarios (Amespre).Comentó a MILENIO que cada día se realizan más de 20 mil contratos de préstamos con un monto promedio de mil 100 pesos, que una vez hecho el avalúo del artículo o prenda se entregan en un máximo de 15 minutos en sus más de 4 mil establecimientos en todo el país. “A diferencia de otras alternativas como los créditos inmediatos en aplicaciones, nosotros operamos con total transparencia y contratos de adhesión ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) donde están perfectamente establecidos los plazos, tasas de interés, refrendos y condiciones del préstamo lo que es factor de confianza de quienes requieren solventar una urgencia económica como es la adquisición de uniformes y útiles escolares”, explicó.Precisó que se tienen detectadas más de milaplicaciones de créditos inmediatos con tasas desde 25 hasta 600 por ciento anual, pero esto es porque hay quienes operan en la opacidad o no respetan las leyes de sociedades mercantiles o de instituciones financieras, lo que deja a los clientes en la inseguridad o indefensión pues muchas de las veces utilizan métodos extrajudiciales para realizar los cobros.“En cambio, en las casas de empeño afiliadas a la Amespre, no sólo operamos con tasas de 2.9 a 3.1 por ciento mensual, sino que no condicionamos el monto del préstamo que incluso puede ser desde 300 o 400 pesos hasta lo que el cliente requiera y a plazos de una semana, un mes o tres meses, dejando en garantía herramientas, electrodomésticos, dispositivos electrónicos, pantallas o alhajas de plata u oro.Flexibilidad, la ventajaRodríguez Navarro asentó que por flexibilidad y seguridad, las casas de empeño continúan como la mejor opción para un préstamo inmediato como sucede en esta temporada de regreso a clases dónde 76 por ciento de las operaciones diarias son por un monto promedio de mil 100 pesos a plazo de cuatro semanas con la opción de liquidar antes aplicando la tasa de interés sólo por los días transcurridos delcrédito prendario.Destacó que otra garantía de confianza en el sector es que todos los establecimientos deben figurar en el Registro Público de Casas de Empeño de la Profeco donde se tiene el contrato de adhesión, razón social, domicilio y titular responsable para en caso de una anomalía se pueda presentar un queja o demanda a diferencia de las aplicaciones en que no se tiene un lugar fijo para presentar un procedimiento administrativo o que aparecen o desaparecen muy rápido.El directivo señaló que aunque estudiantes de escuelas oficiales en la Ciudad de México están recibiendo apoyos de 970 a mil 180 pesos para la compra de útiles escolaresy uniformes.“La realidad es que a muchos padres de familia no les alcanza el presupuesto por el incremento de precios y de ahí la alternativa de recurrir a las casas de empeño para enfrentar esta emergencia económica sin riesgo de ser defraudados o perder su artículo en prenda porque aquí nosotros sí damos la cara”.Inflación al regreso a clasesDe acuerdo a estudios de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), el regreso a clases representa un gasto 12.6 por ciento mayor con respecto al ciclo escolar del año pasado debido al incremento en los precios de la lista de útiles escolares, uniformes, calzado y pago de cuotas escolares que se dice voluntaria, pero muchas escuelas aplican.Según el análisis de los comerciantes en pequeño, los mayores aumentos se registran en la lista de útiles escolares que cuesta entre 2 mil 500 y 3 mil 386 pesos dependiendo del grado escolar, lo que está muy lejos de la lista oficial publicada por la Secretaría de Educación Pública (SEP), de alrededor de mil pesos. Exponen que artículos solicitados como los seis cuadernos de cuadro chico profesional de 100 hojas tienen un costo de 240 pesos, los colores de madera 74 pesos, paquete de cien hojas blancas en 78 pesos, calculadora básica en 150 pesos, juego de geometría básica está en 130 pesos, mochila 700 pesos, pegamento y papel adherible en 250 pesos, además de la guía de apoyo de actividades en 291 pesos.Aunado a ello el uniforme diario (camisa, pantalón o falda), tiene un costo de mil 100 pesos, el uniforme de deportes (playera, pants y chamarra), mil 350 pesos, los zapatos y tenis entre 600 y mil 200 pesos, en tanto que las calcetas y camisetas 150 pesos. Consejo, decir no a la baja calidad, la Anpec aconseja cuidar la calidad de lo que se compra.“La tentación de comprar artículos de baja calidad en el llamado mercado de los artículos chinos (aunque aquí no todo sea chino) puede salir más costoso a mediano plazo”, expuso Cuauhtémoc Rivera, presidente de Anpec.Destacó que, por experiencia, saben que al optar por este tipo de compras, “nos sale el tiro por la culata, al poco tiempo vienen los corajes al ver mochilas que se rompen, plumas que no escriben y cuadernos que se deshojan, lo que nos obliga a comprar dos veces”. Por ello dijo que lo recomendable es buscar productos a precio justo, pero con calidad, para evitar un doble gastoTambién aconsejaron que de este maratón de consumo, se suele culpar a la SEP, a los directores o maestros,pero casi nunca se voltea la mirada a la verdadera fuente de presión: los hijos. “Ellos, pequeños grandes “dictadores”, quieren todo nuevo, de marca y todo junto desde el primer día, rechazan reutilizar útiles, compiten con sus compañeros por moda, terminando por envolver en ese hechizo a la familia obligándola a gastar más de lo que pueden. Aquí la lección más valiosa es poner límites, aprender a decirles no, lo que además ayudaría a la formación. Se debe comprometer a habilitarlos con lo posible, asequible y funcional, no con lo suntuario o de moda”, dijo la Anpec. AG