Penalizar la verdad

En el México contemporáneo, la violencia institucional no es una anomalía, sino una estrategia. Durante el sexenio de López Obrador, el Estado perfeccionó los mecanismos para inhibir, controlar o castigar el ejercicio de derechos fundamentales. Entre ellos, el derecho a la información y la libertad de expresión se han convertido en blancos sistemáticos de una política de intimidación disfrazada de legalidad. El informe de Artículo 19, Las leyes como mecanismo de censura , ofrece pruebas contundentes de que la represión estatal ya no se limita a la amenaza física o la desaparición forzada. Ahora se formaliza a través de un aparato judicial cooptado: se litiga para silenciar, se acusa para censurar, se judicializa para castigar. Según este reporte, tan sólo en 2024 se documentaron 102 casos de acoso judicial contra periodistas y medios. Esta cifra no es marginal ni aislada: representa una práctica creciente e impulsada desde el Ejecutivo y cae como instrucción a los ejecutivos estatales. El 72% de las víctimas de estas acciones cubría temas relacionados con corrupción y crimen organizado, por lo que se concluye, en otras palabras, que el Estado, como maquinaria del oficialismo, se ha convertido en cómplice activo del silencio, cuando no en su principal arquitecto. Bajo la retórica de la regeneración moral se reproduce una estructura que privilegia el control de la narrativa pública sobre la transparencia. El mecanismo es perverso: demandas por daño moral, querellas por difamación, denuncias penales por delitos ambiguos o leyes locales diseñadas a medida para censurar. Esta violencia institucional se ejerce con el uso de la justicia formal, pero no imparcial, y su intención es inequívoca: castigar la disidencia. En lugar de proteger la labor periodística, el Estado y otras instancias estatales actúan como brazos ejecutores de una política que penaliza la verdad. La situación resulta aún más alarmante si se considera la incitación explícita del Ejecutivo, de altos funcionarios, legisladores y miembros de la alianza gobernante, quienes deslegitiman la prensa crítica. El mensaje es claro: en el obradorismo disentir es traicionar. Esta narrativa no sólo erosiona el debate público, sino que legitima el uso de herramientas institucionales para suprimirlo. Se castiga a quien incomoda, no al corrupto. Se persigue al mensajero, no el crimen. Este modelo no es nuevo, pero ha sido refinado. La violencia institucional no requiere ya del cuartel, basta con un tribunal electoral. Para la Corte Interamericana, el uso del poder punitivo del Estado para limitar el ejercicio de la libertad de expresión constituye una de las formas más graves de censura. Cualquier tipo de presión judicial o administrativa contra periodistas representa una violación directa a estándares internacionales. En casos recientes, la Corte IDH ha reiterado que los Estados no deben usar sus instituciones para silenciar voces críticas. México, sin embargo, continúa incumpliendo estos principios y profundiza prácticas que vulneran el ejercicio periodístico libre y seguro. Así, el Estado cumple su cometido sin mancharse las manos: permite que el miedo opere en nombre de la ley. ¿Qué futuro puede tener una democracia cuando su principal enemigo es el propio sistema de justicia? Urge nombrar esta violencia por lo que es: institucional, sistemática y estructural. No es un exceso, es una política. No es un error, es un diseño. Mientras el aparato estatal se despliega contra la verdad, la ciudadanía debe reclamar su derecho a ser informada. La libertad de expresión no se negocia; se defiende. Porque en un país donde informar es peligroso, callar se convierte en una forma de sobrevivencia, y eso, también, es una forma de muerte. * En otras historias, los motociclistas que dan servicio de transporte piden a Semovi de la CDMX que abra una mesa con las plataformas para regularizar un servicio que en otros países ha sido una opción de movilidad. Ellos mismos piden establecer mayores estándares de seguridad. Columnista: Jorge Camargo Imágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0