Hay que corregir la trampa en la que desde hace años hemos caído al registrar índices socioeconómicos inferiores al crecimiento demográfico, lo que explica por qué el gobierno ha ido aumentando el valor de los programas sociales para contrarrestar el constante deterioro de la productividad nacional. Las elecciones intermedias de 2027 marcarán el sentido de la siguiente mitad del sexenio actual. Si desperdiciamos esta oportunidad, seguiremos rezagándonos y desmereciendo todavía más la capacidad de mejorar nuestro nivel de vida. Aunque la señora Presidenta diga que el pueblo está contento, las condiciones actuales del país no son para estar tranquilos, más bien son críticas y a mucho nos preocupan, porque debemos reaccionar urgentemente a la realidad. Basta repasar las áreas más importantes de la vida nacional como salud, educación, economía y seguridad para constatar el deterioro en que se encuentran, como resultado de las erráticas políticas de dispendio, desorden y división que cundió durante la administración de López Obrador y lo que es aún más grave, es que la jefa del Ejecutivo se sienta comprometida a continuar el mismo camino a pesar del desastre. No hay alivio a la vista. El Poder Ejecutivo está centrado en las declaraciones de las mañaneras, mientras los secretarios de Estado que componen el gabinete carecen de perfil y aparecen como simples comparsas del momento. Todo se maneja de acuerdo con una estricta disciplina partidista. Ni el secretario de Economía ni el de Relaciones Exteriores pueden lucir originalidad necesaria. Por su parte, el Poder Legislativo, aún más deplorable, integrado, por una parte, por el bloque zafio de legisladores cumplidores de las instrucciones del partido en el poder, acompañado de los partidos satélites, que explota en riñas de barrio como el sainete y la golpiza adornada de insultos que se dieron el pasado miércoles por la tarde entre los líderes de Morena y del PRI. Visto eso, es fácil explicar el desorden que reina en el gobierno. Pero peor aún, se convierte en obviedad vergonzosa el respaldo que se le ha dado al crimen organizado, gracias a lo cual ha podido extender sus tentáculos más allá de las fronteras. Dando pretexto más que comprensible a la creciente intervención de Estados Unidos en el área de seguridad, violando la soberanía de nuestro país. Tan grave es la actividad de las diversas mafias mexicanas que vía la extorsión ha llegado a imponer los precios a determinados productos de la canasta básica, como verduras, además de refrescos, embutidos, cerveza y algunas materias primas industriales en los estados de la República donde ejercen autoridad hasta en lo municipal. Entre tanto, la economía creció apenas 0.6% en 2024, año fuertemente lastrado por la corrupción y desvíos de presupuestos inflados, no sólo en obras públicas, sino hasta se lucra con las medicinas. Las pérdidas son características de cada una de las obras emblemáticas del gobierno. Casos como el Tren Maya, que ha costado 550 mil millones de pesos, o el de la refinería de Dos Bocas, que aún no entra en producción prevista. Estos dos son meros ejemplos de lo que es la notoria ineficiencia de la administración pseudosocialista que se heredó. En lo que a salud se refiere no hay sino mencionar la carencia de medicinas en los hospitales y clínicas públicas y la dependencia que persiste en la importación de sustancias y equipos indispensables. La amenaza aún más perniciosa es la prometida reforma electoral pendiente de aprobarse en el próximo periodo de sesiones que, entre otras características, incluye el recorte de los 200 diputados plurinominales para dejar una Cámara baja de 300 legisladores que Morena espera controlar enteramente a su antojo a partir de 2027. PD. El Banco de México, fundado hace 100 años con un Consejo de Administración presidido por don Manuel Gómez Morin, ha sido a lo largo de los años un bastión que ha defendido la estabilidad del peso, contrarrestando los efectos de los aumentos del salario mínimo que se han decretado. Existe quienes quisieran ver incluido dentro de las funciones del banco central la de promover el desarrollo económico del país, que lo alejaría de su actividad central confirmada en su propósito fundante. Columnista: Julio Faesler Imágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0