El coreógrafo valenciano y premio Benois de la Danse (2000) Nacho Duato (1957) se sienta en el ensayo de su pieza Gnawa en la sala principal del Palacio de Bellas Artes, conversa con la primera bailarina del Ballet de Berlín Elisa Carrillo, hace correcciones y ve el trabajo de otros cuatro colegas, algunos discípulos suyos como la mexicana, que estrenan obras con la Compañía Nacional de Danza.“Los coreógrafos siempre somos unos amateurs”, comenta a Milenio en un reposo una de las leyendas vivas de la danza mundial, que vuelve a México convocado por Carrillo como directora adjunta de la CND, a quien califica de “gran bailarina” y a quien “siempre que he podido he apoyado” en Danzatlán.Desde su ópera prima Jardí tancat (1983), crea coreografías atado a sus raíces españolas y mediterráneas, y en Gnawa, seleccionada por Carrillo para presentarse en el programa Coreógrafos internacionales en Bellas Artes viernes 29, sábado 30 y domingo 31 de agosto, se influye de lo magrebí.“Gnawa es un dios en el mundo bereber, en el Magreb. La música que yo he traído procede del Magreb, de los hombres azules que van con los camellos por el desierto del Sahara y se reúnen y gritan y hacen hogueras y cantan al dios”, explica el maestro valenciano que pasa la mitad del año en Rusia.Gnawa cierra las presentaciones de las coreografías que estrena la compañía fundada en 1963, que incluyen otros estrenos como la premier mundial de Gratidão (Gratitud), compuesta para la CND brasileño Juliano Nunes; y los estrenos nacionales de Love, Fear, Loss (Amor, miedo, pérdida), de su compatriota Ricardo Amarante; Mare Crisium (Mar de las Crisis), del armenio Arshak Ghalumyan, y New American Romance (Nuevo romance americano), del estadounidense James B. Whiteside. En entrevista a horas de su regreso a México donde ha tenido presencia por más de dos décadas gracias a la Compañía Nacional de Danza de España y a las gestiones de Elisa Carrillo, como él premio Benois de la Danse (2019) y a quien dirigió cuando él encabezó el Ballet Estatal de Berlín, Duato, artista de izquierda, comparte su visión social y política de la danza, que pasa por los perseguidos o la migración.“Cree Rassemblement (1990), un ballet que hice con música de Toto Bissainthe, (1934-1994), quien era una cantante de protesta de Haití perseguida por el dictador François Duvalier; ella tuvo que exiliarse y se fue a vivir a París. Hice un ballet con canciones suyas, que ella recogió de esclavos que venían de Sierra Leona en barcazas a Haití y cantaban al dios del aire, le rezaban para que hubiera aire suficiente para llegar hasta Haití. Hice ese ballet contra la esclavitud y el racismo”, dice Nacho Duato.Ex director artístico de la Compañía Nacional de Danza de España (1990-2010) trajo a México a esa agrupación para presentaciones en el Festival Internacional Cervantino y Palacio de Bellas Artes donde estrenó en octubre de 2001 su coreografía Multiplicidad. Formas de silencio y vacío, inspirada en la vida del compositor Johann Sebastian Bach. También en Bellas Artes, en 2019, tuvo su primera colaboración con la CND, que entonces codirigía Elisa Carrillo, para el montaje de Por vos muero, que funde la voz de su ex pareja, el cantante español Miguel Bosé, con los versos del poema amoroso de Garcilaso de la Vega, con música del siglo de oro español bajo la dirección del maestro catalán Jordi Savall. En noviembre de ese año, la CND también llevó a escena esta coreografía de Nacho Duato en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.Identificado con la izquierda, muestra una pulsera de pedrería en su muñeca y explica su origen, como preámbulo al tema en torno al cual gira su coreografía que tendrá su ensayo nacional con la CND.“Aquí llevo yo esta pulsera de Senegal, que venden todos los inmigrantes en España. Mientras que la gente de ultraderecha llevan una bandera de España, yo llevo la bandera de los inmigrantes que se juegan la vida en las pateras y que ahora los ultraderechistas quieren devolver a sus países”, comenta.“Lo que me gusta de este Gnawa, ahora que lo he bailado con mi compañía en España, es que es un poco en honor a esta gente que se juega la vida y que viene a nuestro país. Ellos trabajan en el campo y gracias a ellos comemos la fruta. Pero hay mucha gente que está en contra de los inmigrantes y que quiere comparar la inmigración con la violencia, con los robos, con la delincuencia. Y eso es mentira”.Nacho Duato describe su ballet, que eligió Elisa Carrillo para este programa de cinco coreógrafos, como sencillo, igual que el vestuario, sin mucho decorado, apenas una cámara negra con los bailarines. “De modo que tampoco tiene una gran producción. No sé si usted sabe que en España a la danza se le apoya mucho menos que a otras artes. Como en todas partes, menos en Rusia. Yo vivo la mitad del año en Rusia donde dirijo un ballet, ahí la danza es como el fútbol en España”, sostiene el Premio Benois.Recuerda que ya conocía al elenco de bailarines de la CND que interpretarán Gnawa,porque ya antes había trabajado con algunos en la puesta en escena de "Por vos muero" hace algunos años. Y destaca el entendimiento que ha tenido con la compañía, en particular gracias al idioma común.“La música que utilizo en Gnawa nada tiene que ver con, digamos, la música indígena de México, pero en ella hay mucha percusión, se usa la garganta. Y a los mexicanos les llega muy de cerca este ritmo”, cuenta el bailarín y coreógrafo sobre la música en ella de compositores como Hassan Hakmoun, Adan Rudolph, Juan Alberto Arteche, Javier Paxariño, Rabih Abou-Khalil, Vélez, Kusur y Sarkissian.¿Qué exige Nacho Duato a un bailarín para sus coreografías?-Primero que quiera bailar, ante todo. Y que su vidavsea dedicada a la danza. Luego, que tenga musicalidad, porque mis ballets la fuente de inspiración primera es la música y cada movimiento surge del sonido de la música. Si un bailarín no tiene musicalidad, yo no puedo trabajar con él, es imposible.¿Un coreógrafo no hace milagros?No hace milagros, exactamente, porque en el ballet la idea es mía y la música es de un compositor, pero el bailarín es importantísimo porque te tiene que dar, cuanto más está da el bailarín, más se abre hacia ti, más usas de su personalidad. ¿Alguna vez ha intentado una coreografía con personas que no sean bailarines?Lo podría hacer, pero sería como un experimento, es como si un jockey quisiera correr con un burro o ¿haría usted la Vuelta de España en un triciclo? Yo quiero trabajar con bailarines y, de hecho, trabajo con los mejores de Rusia, con las estrellas del Bolshoi o del Mariisky. Pero, como experiencia, estaría muy bien hacerlo. Por ejemplo, ahora he hecho Onegin de Tchaikovski y no he usado a ningún bailarín, en todo el vals en el palacio he usado solo a la gente del coro, que no son bailarines. Menciona que en España no hay mucho apoyo estatal a la danza, aquí en México es igual ¿Cómo es que usted, que dirigió décadas la Compañía Nacional de Danza de España y tiene tanta influencia no ha logrado que se apoye más a esta disciplina artística en su país?En España, como creo que pasa aquí, en cuanto cambian de gobierno, cambian de ministros, cambian de asesores, cambian de directores generales. Entonces es vuelta a empezar. Yo he tenido a nueve ministros, y siempre he dicho que he tenido que educar a nueve ministros en el Ministerio de Educación, porque son ministros que no entienden ni de danza ni de ópera. Y hay público, al público le gusta mucho la danza, tanto al español como al mexicano, somos gente de ritmo, abocados a la danza, nos gusta cantar y bailar, pero no hay cultura de la danza. “No sé realmente cuál es la razón, quizás porque la gente va menos al teatro, que está en la calle, eso pienso que pasa en España y aquí también. En Alemania, en Suecia donde he vivido muchos años, tienes que ir al teatro para sentir algo, porque por la calle es bastante aburrido. En España el drama está en la Plaza Mayor, en cualquier calle, hay una vida y un drama, se respira humanidad, quizás por eso la gente no va al teatro porque ya tiene bastante en casa”.Dirigió a Elisa Carrillo en el Ballet Estatal de Berlín. Esa relación trajo beneficios a México.Sí, estuve cinco años en el Ballet Estatal de Berlin. Elisa es una gran bailarina, fue la principal, trabajé mucho con ella, también por el idioma enseguida congeniamos. Ella hace mucho por la danza aquí en México y yo siempre que he podido le he apoyado. Siempre le doy todas las facilidades, siempre baila mis pas de deux cuando tienen ganas, dejo que los bailen gratuitamente. Me gusta mucho apoyarla, porque sé lo difícil que es para una persona sola y sobre todo mujer, que se va a apoyar a la danza con esa mujer, lo más difícil para la mujer es conseguir esponsors, reuniones, hacerte oír, ¿sabes? View this post on Instagram A post shared by Palacio de Bellas Artes (@palaciooficial) Vive en Rusia la mitad del año. ¿Cómo le ha afectado como artista y persona la guerra en Ucrania o incluso el genocidio que perpetra Israel en Gaza contra los palestinos?Pues me afecta. Ya sabe, voy por Estambul o voy por Casablanca, las fronteras están cerradas. Desde el primer día que Rusia intervino en la guerra con Ucrania se le impusieron muchísimas sanciones. No puedo sacar dinero, no me pueden pagar en España, las transacciones que me hacen duran meses y meses en llegar. Cosa que no se puede decir igual de Israel, a Israel no le han impuesto ninguna sanción, y cualquier guerra es terrible. El arte no tiene que ver con la guerra, por eso sigo en Rusia, porque tengo a 40 ucranianos en mi compañía, yo tengo a 180 bailarines. Pero creo que son dos guerras muy distintas, una es un genocidio y la otra es una guerra provocada por Estados Unidos, claramente.¿Cómo definiría la obra de Nacho Duato desde su Jardí tancat de 1983 hasta Gnawa?Ay, no lo sé. Todavía estoy aprendiendo mucho. Esta es una profesión en la que los coreógrafos somos siempre amateurs, acabas un trabajo y tienes que empezar de cero. Lo importante es ser como una vela que dure en el tiempo, aunque ilumine poco, pero que ilumine durante mucho tiempo, porque hoy en día les gusta a la gente mucho el fogonazo y el fuego artificial, y al cabo de unos años no se te vuelve a ver. Yo tengo la suerte de que mis ballets siguen, Gnawa es del año 90, y se sigue bailando.OAGP