Fernández Noroña y una vida sobre "el ring": éstas han sido sus más grandes confrontaciones

De larga data es sabido lo complicado que es dialogar con el saliente presidente del Senado, José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña.Un hombre que siempre ha disfrutado imponer sus ideas como si de una doctrina se tratara, como la única verdad, y si no lo consigue reacciona agresivo, intimidante, soberbio, prepotente, confrontador y provocador.Toca y empuja a su oponente, saca el pecho en señal desafiante, eso sí, un acto al revés no lo tolera, no soporta que lo toquen, lo insulten o le griten, mucho menos que lo provoquen, porque reacciona con mayor violencia.Complicado conocer con exactitud cuándo fue la primera ocasión en que el hoy morenista –otrora petista y perredista–, mostró sus “habilidades” agresivas en el terreno de lo político, pero que lo trae de siempre, no cabe duda.Ni a la familia perdonaBaste echar un vistazo a un video que circuló en redes de su hermana Rosaluz Fernández Noroña, quien lo acusó de violento al intentar golpearla y gritarle en público en un restaurante a raíz de un problema familiar.“Una cuestión que no han visto en los videos, que dices: 'Oye, cuando alguien es un asesino, un ladrón, cuando alguien dañó al país, tienes todo el derecho de hablarle así', pero a tus hermanos de sangre no puedes. Tampoco vamos a apoyar que Gerardo sea injusto (...) Tengo denuncias qué hacer, sobre todo por violencia de género, no paraba de agredirme, maldiciendo a su propia sangre. No voy a permitir que porque cree tener el poder me agreda, en pleno restaurante me gritaba: 'Señora, usted es una provocadora'”, acusó al político. View this post on Instagram A post shared by Carlos Mendez (@carlosmendez6626) “El señor de los suelos”Como si de un acto para presumir se tratara, el propio senador morenista compartió en su red social de X una fotografía del 23 de julio de 1996,en la cual se le ve tirado en el piso, en un acto de protesta frente a la puerta de honor de Palacio Nacional, en el sexenio de Ernesto Zedillo, a quien, además, le tiró un manotazo.Al año siguiente, pretendiendo iniciar una huelga de hambre, y acompañado de integrantes de la Asamblea Ciudadana de Deudores de la Banca, a las puertas del Palacio de Bellas Artes instalaron un campamento en un intento de entregar a los presidentes Zedillo y William Clinton sendas cartas expresando sus inconformidades.Por la política mexicana sobre la cartera vencida (caso Fobaproa) y en protesta por el modelo económico impulsado por el vecino país, respectivamente.El hoy político morenista fue detenido por hombres vestidos de civil y por varias horas su paradero fue desconocido. Hacia la noche, el Ministerio Público informó que estaba con otros de sus compañeros en la agencia 27, en Xochimilco, acusados por daños en propiedad ajena y lesiones a agentes de la autoridad. (6 mayo 1997).Actitudes como esas fueron tantas que le ganaron el mote de El señor de los suelos, al menos entre los sexenios de Zedillo, Vicente Fox y Calderón. Fue hasta que logró una diputación con el PRD cuando dejó de incurrir en tan extravagantes actos.Golpes, patadas e insultosPara septiembre de 2009, “ataviado” de su reconocida prepotencia intentó hasta en siete ocasiones ingresar sin invitación al Tercer Informe de Gobierno de Calderón, en cada intentona se topó con impedimentos pero en la quinta y sexta confrontó a la policía y hasta se lío a los golpes y patadas.En la naciente segunda década de este siglo, el jueves 3 de febrero del 2011 en la sesión de la Cámara de Diputados, cuando legislaba por el distrito 19 del entonces Distrito Federal como integrante del Partido del Trabajo, interrumpió la sesión para mostrar una enorme pancarta en alusión al presunto alcoholismo del ex presidente Felipe Calderón.En agosto de 2012, en un medio de televisión local, se jactó de haberlo hecho en un acto de provocación a los integrantes de Acción Nacional."Cuando sacamos esa lona, yo lo que iba a hacer, soy un tipo con muchos recursos, dentro de ellos tengo el del sentido del humor, (era) torear a los diputados del PAN".También en 2011, durante la comparecencia del entonces secretario del Trabajo, Javier Lozano, se levantó de su sitio para dirigirse a su lado, lanzarle una serie de reclamos y aprovechar a una serie de empujones a otros legisladores panistas.Ese mismo año pero en octubre, durante una protesta por la reforma laboral afuera del Senado recibió varios golpes en la cara, acusó agresiones de la policía de tránsito, por lo que incluso exigió la presencia de un ambulancia, pues, dijo: "Me chingaron el ojo".En septiembre de 2018, durante el primer periodo de sesiones de la 64 legislatura se lió con el legendario Porfirio Muñoz Ledo, entonces presidente de la Mesa Directiva en la Cámara de Diputados, quien lo acusó de provocador.Precisamente, en un acto de ese talante, el nacido en la Ciudad de México se quitó la chaqueta en señal de pelea y lo acusó de violentar sus derechos.Otro de sus actos retardadores fue en octubre de 2018 contra el priista Luis Miranda, a quien amenazó e insultó. La intervención de René Juárez Cisneros evitó que llegara a los golpes al alejarlo de la curul.El 1 de septiembre del 2019, en la instalación del segundo año legislativo de la 64 Legislatura, cuando el fallecido Muñoz Ledo pretendía permanecer al frente del la presidencia de la Mesa Directiva, el entonces diputado Fernández Noroña reprobó la ausencia de “su compañero” Andrés Manuel López Obrador en San Lázaro.En ese momento, hasta lo equiparó con Calderón y Enrique Peña Nieto.En el Congreso del Estado de Tlaxcala –octubre de 2019– incurrió en manifestaciones contra de la ex diputada y senadora panista Adriana Dávila, consideradas como violencia política en razón de género, lo que fue denunciado ante la Oficialía de Partes de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).“Merece una chinga”, dijo el morenista en su momento.En noviembre de 2020, el INE resolvió la sanción INE/CG628/2020 con la que acreditó la infracción y se vinculó a Fernández Noroña y a la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados para implementar las medidas de reparación integral.Durante la comparecencia del ex titular de la CFE, Manuel Bartlett, ante el pleno de la Cámara de Diputados, en octubre de 2021, Fernández Noroña amenazó a Jorge Triana con golpearlo si continuaba injuriándolo con el mote de Changoleón, aseveró el diputado panista.Incontables fueron las ocasiones en que “disparó” ofensas, advertencias y más en contra de la senadora Lilly Téllez, a quien hace unos días acusó de “traidora a la patria".En el ring con la ciudadaníaDurante un recorrido por la alcaldía de Iztapalapa en 2014, ciudadanos le reclamaron visitar la zona solo en busca de un cargo público.“Usted no nos representa”, le dijeron por lo que huyó exigiéndoles no tocarlo e increpando a uno de ellos para que dejara de gritarle.El supuesto luchador de desfavorecidos no lo fue tanto cuando en 2019 se lió con una pareja de la tercera edad radicada en la alcaldía de Iztapalapa.El hombre le reclamó por la inseguridad, sin embargo, nunca lo dejó terminar con éste para imponer su discurso a gritos de que Morena tenía apenas seis meses en el gobierno, por lo que no tenía derecho a exigir nada.“No te dejo hablar de cosas que no me corresponden”, le reviró sin permitirle el diálogo.En el Aeropuerto de la Ciudad de México, el senador fue retado por Alonso Ramírez Castañón, del despacho jurídico Yárritu-González, quien le exigió abandonar el lugar e irse a la terminal de autobuses.El entonces diputado del PT le gritó “no eres el único que puede viajar en avión, y además en clase especial”.Un hecho similar ocurrió en 2024, cuando en una sala VIP de la Terminal 2 del Aeropuerto de la Ciudad de México (AICM) discutió con el morenista, hecho por el que en mayo lo obligó a acudir a la sede del Senado a pedirle perdón. El acto fue transmitido en las redes oficiales del Congreso.Ira sin límitesDe manera solitaria, en 2017 se plantó en la Torre Trump y retomó viejas costumbres al sentarse en el piso del vestíbulo del edificio en Manhattan, en Nueva York, mientras levantaba un mapa de Estados Unidos con una marca fronteriza en rojo y un texto que decía “México en 1830”.Su pretensión era exigir respeto a la independencia y soberanía mexicana, dijo, aceptando levantar un muro entre México y Estados Unidos, siempre y cuando fuera con el territorio que hace casi dos siglos pertenecía a los mexicanos.“Vengo a manifestar que estamos de acuerdo en pagar el muro, pero va tener que ser con este mapa de México en 1830”, gritaba frente a transeúntes, fotógrafos y reporteros.Por supuesto, fue echado por la seguridad del rascacielos, no sin antes exigir que nadie lo tocara.Una historia interminableRelatar todas las confrontaciones de este personaje resulta complejo por lo innumerables que son.En su haber, suma a otros políticos, tanto de oposición como con quienes en algún punto compartió bancada: hijos de funcionarios, periodistas, abogados, estudiantes, escritores… sin distinción entre hombres y mujeres.Y, qué decir de su reciente escena con el también senador priista Alejandro Alito Moreno.EHR​