El pasado 25 de agosto, la Ciudad de México fue testigo de la entrega y el magnetismo oscuro de HYDE, una figura icónica del rock japonés presentándose por primera vez como solista el emblemático Circo Volador. Durante la presentación, HYDE logró algo poco común: que la audiencia no solo escuchara, sino que se convirtiera en parte activa del espectáculo. Esa comunión entre artista y público es el pulso vital de un gran concierto, y en esta ocasión, todos lo sintieron.El setlist ofrecíó un viaje a través del alma de HYDE y sus influencias más expansivas, desplegando momentos de introspección, furia y homenajes.Desde su más reciente álbum HYDE [INSIDE] lanzado en 2024, hasta versiones vibrantes como “Faint” de Linkin Park, “HONEY” de L'Arc‑en‑Ciel y “GLAMOROUS SKY” popularizada por NANA. la selección fue amplia y emocionalmente variada Este mosaico musical no solo reafirmó la versatilidad de HYDE como músico, sino también su habilidad para rendir tributo a su legado como en VAMPS, con “DEVIL SIDE” y “SEX BLOOD ROCK N' ROLL” y a referentes que lo han marcado.La mezcla generó un ambiente cargado de nostalgia, intensidad y un sentido de familiaridad compartida.No es coincidencia que este evento haya tenido lugar en el Circo Volador, un centro cultural, nacido de una iniciativa sociológica para fomentar el arte y la inclusión, ha sido siempre un espacio de expresión auténtica y comunidad. El entorno se fundió con la oscuridad y la energía dramática del show, brindando una atmósfera que elevó aún más la intensidad del encuentro.La noche del 29 de agosto en el Circo Volador no fue simplemente un recital más: fue una ceremonia ritual del rock, potencia emocional y comunión cultural. HYDE demostró una vez más que su presencia eclipsa lo ordinario. A través de su voz, exploramos dolor, deseo, melancolía, furor y todos lo sentimos juntos en un enclave hecho de arte, pasión y conexión.