Sócrates fue condenado a muerte por “no reconocer a los dioses de la ciudad”. Era un crítico implacable del quehacer y las conductas de los gobernantes en turno. Con su muerte se planteó una pregunta, vigente al día de hoy: ¿hasta qué punto debe el ciudadano perder su libertad para subordinarse al Estado? Es vigente la interrogante de Sócrates sobre por qué adictos al régimen de la 4T están planteando la necesidad urgente de crear un tribunal especial, adjunto al Poder Judicial, para castigar a periodistas que, en su opinión, mienten con sus críticas al gobierno, con palabras y escritos. Afirman, escandalizados, que periodistas critican al gobierno de la 4T con afirmaciones que son flagrantes mentiras, como acusar al régimen de ser un “narcogobierno”. Seguramente también les indignan los señalamientos de corrupción entre las filas de los líderes y dirigentes de Morena, como lo expuesto sobre los hijos del expresidente, sus familiares, líderes del Congreso de la Unión y miembros del gabinete. El mundo reconoce no sólo la existencia y actividad de las organizaciones del narcotráfico, sino también a sus asientos originarios en países como el nuestro. Organismos multilaterales como las Naciones Unidas, la OEA y la Corte Penal Internacional han investigado y confirmado que el narcotráfico tiene una fuerza militar y económica que lo coloca por encima de los gobiernos municipales y estatales en México. Más bien, es una fuerza armada irregular e ilegal que ocupa amplias franjas del territorio nacional y que tiene la capacidad para enfrentar a las fuerzas del orden federales con tácticas de guerra modernas. También se reconoce, universalmente, la capacidad corruptora del narcotráfico. Lo describió a la perfección Guillermo Valdés en su libro Historia del narcotráfico en México . Y lo confirmó El Mayo Zambada en sus declaraciones ante la Corte de Nueva York, cuando dijo: “Desde hace 50 años he pagado sobornos a policías, militares y políticos en México…”. En el contexto de esas declaraciones, que implican a todos los gobiernos “desde hace 50 años”, la corrupción está presente, vivita y coleando, hasta el día de hoy. La Presidenta tomó la declaración de Zambada como acertada, y acusó, de nueva cuenta, al expresidente Calderón de ser encubridor del narcotráfico. De ahí a concluir que hay corrupción del narcotráfico en las filas de la 4T es una deducción no sólo lógica, sino obvia y necesaria. ¿Cómo te explicas todos los relojes, los carros, las casas? Las vacaciones son una simple incidencia, provocada por la confusión ideológica de los pretendidos ideólogos del movimiento. Lo relevante es lo que está ante los ojos de todos. Recordando una carta de El Mayo Zambada , quien afirmó que el gobernador de Sinaloa es un aliado estratégico del Cártel de Sinaloa. Lo dijo Zambada , no yo. Y así como se le cree a Zambada una afirmación, pues hay que creerle la otra también. El negocio del huachicol del petróleo, gas, aceite y, también, del agua, simplemente no puede ocurrir sin la corrupción a gran escala, como nos instruye Zambada , “entre policías, militares y políticos”. Y así, podemos seguir ad infinitum sobre los negocios vulnerados por el derecho de piso y la extorsión. Hablar de todo esto y más es la tarea y obligación de una prensa libre. Al parecer, el que la prensa cumpla con su obligación profesional de investigar, exponer y criticar irrita y molesta al poder. De ahí que sus plumas pagadas y corifeos quieren cercenar el derecho de la prensa a criticar al gobierno de la 4T. Quieren una prensa de consigna, una prensa que repita las líneas discursivas y las narrativas del poder político. La nueva jurisprudencia calificaría la crítica como una mentira y, por tanto, punible ante la ley. Ante la imposibilidad del encubrimiento, el régimen ensaya con métodos para acallar “democráticamente” a las críticas. Criticar a una mala gobernante es una considerada “violencia de género”. Cae como anillo al dedo al poder para acallar las críticas a una mala gestión e, incluso, para encubrir la corrupción. La intención morenista de crear un “tribunal juzgador de las críticas”, ligado al nuevo Poder Judicial, pretende acallar las voces analíticas y críticas, convirtiendo las críticas jurídicamente en mentiras. Quiere erradicar la libertad de expresión, no sólo de la prensa, sino también de toda la ciudadanía en México. Sócrates diría que aplastar la libertad de crítica es matar a la República. Columnista: Ricardo Pascoe Pierce Imágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0