Nuevos ministros de la Corte llegan con 64% de aprobación; ​Hugo Aguilar encabeza lista

El relevo en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) no sólo se juega en los plenos solemnes ni en los acuerdos en lo oscurito. En el espejo de las redes sociales, los ministros que se van arrastran el desgaste de años de enfrentamientos con el poder presidencial, mientras que los que llegan irrumpen con un aire de legitimidad digital.Los números, fríos y directos, marcan la diferencia: los ministros salientes acumulan 61% de menciones negativas y apenas 39 puntos positivos; los entrantes debutan con 64% de aprobación frente a 36 puntos de rechazo.Detrás de las cifras de MilenIA, Central de Datos e Inteligencia Artificial de Multimedios, hay historias: destaca la llegada de un nuevo togado presidente de origen indígena. Muchos ya lo comparan con Benito Juárez. La aldea digital está conversando sobre la bienvenida de los defensores de causas sociales y el adiós de togados ligados a las élites.​Hugo Aguilar: el ministro mixteco irrumpe con fuerzaHugo Aguilar Ortiz, abogado oaxaqueño de origen mixteco, no llega sólo con la legitimidad de su toga recién planchada y un bastón de mando simbólico. Se convierte, además, en el nuevo presidente de la SCJN. Su debut despierta entusiasmo digital: 61% de las menciones hacia su figura son positivas, contra 39% de comentarios negativos.Aguilar arranca con una narrativa de frescura y expectativa. Su historia personal potencia ese capital simbólico: nacido en una comunidad indígena de Oaxaca, forjado en universidades públicas y con trayectoria ligada a la defensa de derechos sociales, Aguilar encarna un perfil atípico para la élite judicial mexicana.En redes, su origen mixteco es celebrado como un signo de representación y diversidad en la cúpula judicial. No es menor que, en un país donde los pueblos originarios han sido históricamente relegados de los espacios de poder, el máximo tribunal sea encabezado por un ministro que habla de frente sobre identidad indígena y desigualdad social.La conversación digital lo retrata como un “rockstar judicial”, un rostro fresco que combina formación académica con sensibilidad social. En contraste con la imagen fría y distante que suelen proyectar los ministros, Aguilar aparece como figura cercana, con lenguaje directo y biografía que conecta con realidades populares.Loretta Ortiz Ahlf –quien seguirá portando la toga– sobresale con 64% de menciones positivas y 36 puntos negativos.Otra ministra que fue electa para continuar en la SCJN es Lenia Batres, quien suscita 47% de respaldos en redes sociales. Yazmín Esquivel anda con apoyos del 40 por ciento.Pero el balance general es inapelable: los usuarios de redes sociales identifican a los ministros salientes como defensores del “privilegio de las élites”, alentadores del “nepotismo”, impulsores de la “liberación de narcotraficantes”, mientras los entrantes son mirados como parte de la “democratización” del Poder Judicial.La llegada de seis nuevos ministros y la revocación de tres togadas genera un aire de renovación. El promedio de percepción pública los coloca con 64% de aprobación, es decir, dos de cada tres menciones celebran su arribo.Entre el nuevo grupo destaca María Estela Ríos González, con un impresionante 74% de positivos y sólo 26 puntos negativos, lo que la perfila como la ministra con mayor legitimidad inicial.Le siguen Giovanni Azael Figueroa Mejía e Irving Espinoza Betanzo, ambos con 70% de aceptación, y Arístides Rodrigo Guerrero García, con 69 puntos buenos.La única nueva figura que genera polarización es Sara Irene Herrerías Guerra, con 53% de aprobación y 47 puntos de rechazo, lo que muestra que la conversación digital se concentra con mayor intensidad en torno a su perfil, reporta MilenIA. A ella se le percibe muy cercana a Morena.Cabe aclarar que la mayoría de ministros entrantes son poco conocidos en la aldea digital: sólo Leina Batres, Yasmín Esquivel, Hugo Aguilar y Loretta Ortiz –en ese orden– generan millones de conversaciones, el resto provoca miles de reacciones.El poder de la conversación: 12 millones de mencionesLa llegada de Aguilar ocurre en un contexto de creciente escrutinio público sobre la Corte. En los dos meses anteriores a la reforma judicial, las menciones directas relacionadas con el tribunal rondaban los 5 millones en redes sociales. Tres meses después de la reforma, la cifra se disparó a 12 millones.El interés por comentar los asuntos de la Corte se duplicó dentro de la plaza digital. La justicia dejó de ser un asunto exclusivo de juristas para convertirse en tema de debate cotidiano. Cada fallo, cada discurso y cada movimiento de los ministros se discute en tiempo real, con impactos inmediatos en la percepción social.En este escenario, Aguilar asume no sólo el liderazgo de la Corte, sino también el desafío de administrar su imagen pública y sostener la confianza digital que lo respalda.Los togados entrantes irrumpen con el aire fresco del apoyo digital. En ese tránsito se juega algo más que la renovación de las plazas: se redefine la relación de la justicia con la sociedad, bajo el escrutinio permanente de millones de internautas.En la nueva Corte, el juicio ya no se libra sólo en salas solemnes ni en ponencias de cientos de páginas. El veredicto inmediato llega desde las redes sociales, donde la legitimidad se mide en porcentajes de aprobación y rechazo. En esa arena, el ministro mixteco Hugo Aguilar Ortiz arranca con una ventaja simbólica que ningún otro presidente de la Corte había tenido en décadas: la confianza de la mayoría.Con información de Omar CorderoRM