“Sí, viene el 3 de septiembre”, confirmó la presidenta Sheinbaum el viernes pasado, en relación con la visita del secretario de Estado, Marco Rubio , a Ecuador y México. “El 3 de septiembre va a estar aquí y vamos a tener una reunión con él”, aseguró tras la pregunta expresa de un reportero. “Hay un entendimiento que estamos acordando con el gobierno de los Estados Unidos para el tema de seguridad, de investigaciones conjuntas, de compartir información, de capacitación de los dos lados”, explicó. “En ese sentido es el entendimiento que estamos teniendo, todo en el marco de respeto a nuestras soberanías, de confianza mutua, de responsabilidad compartida y de que cada quien actúa en su territorio”, afirmó. “Mi mensaje al gobierno de México es que acepten nuestra oferta, como amigo”, sugeriría el senador texano Ted Cruz un poco más tarde. “Como Colombia hizo con el plan Colombia”, prosiguió. “Acepten nuestra oferta y trabajaremos codo a codo, eliminaremos a los cárteles, y el pueblo estadunidense y mexicano estarán más seguros”, aseguró en una conferencia de prensa realizada en la embajada estadunidense en nuestro país. La respuesta a Cruz sería casi instantánea, y habría de llegar en la forma de una escueta nota de la Cancillería mexicana en el que se repetía, una vez más, el discurso de soberanía nacional que ha marcado la relación bilateral desde el inicio del sexenio. Un discurso que funciona para mantener los índices de popularidad en México, pero que ha dejado de ser suficiente para el gobierno de EU, que ahora cuenta con la información necesaria para armar —mejor que cualquier autoridad mexicana— el rompecabezas de los últimos 50 años del crimen organizado en nuestro país, así como sus vínculos políticos y empresariales. Los gringos, en realidad, saben más de México que nosotros mismos. “Me alegra ver que el presidente mexicano, que ha entregado secciones de su país a los cárteles de droga y es un apologista de la tiranía en Cuba, un dictador asesino en Nicaragua y de un narcotraficante en Venezuela no estará en EU esta semana”, afirmó Marco Rubio sobre López Obrador , en el contexto de la Cumbre de las Américas de 2022. “Un presidente que tiene palabras duras para líderes democráticamente electos en Estados Unidos, pero elogios para un dictador en Nicaragua, un narcotraficante en Venezuela y una tiranía marxista en Cuba”, fueron los términos con que el entonces senador Rubio describió al exmandatario mexicano. Ahora Marco Rubio visitará México en funciones de secretario de Estado, con la legitimidad y representación plena de su gobierno. “Viene pues a cerrar, digamos, este marco de entendimiento y vamos a aprovechar también para darle a conocer todo lo que estamos haciendo en México en muchas materias y en particular en el tema de seguridad”, aseguró la presidenta Sheinbaum sobre la visita de quien afirmaba que López Obrador entregó secciones del país al crimen organizado y ahora se ha convertido en quien toma las decisiones. “Mi mensaje es que acepten nuestra oferta, como amigo”, había sugerido Ted Cruz en cuanto se hizo oficial la visita del secretario de Estado a Ecuador y México. A los enemigos se reserva un trato muy distinto, como sin duda averiguará Nicolás Maduro en pocos días, así como figuras políticas y empresariales de todo el continente. Los gringos, en realidad, saben más de América Latina que nosotros mismos. El mundo se reconfigura en estos momentos: estamos, en los hechos, en la antesala de una realidad muy distinta para la región entera. La izquierda populista latinoamericana ha comenzado su declive con la pérdida de Bolivia y terminará por derrumbarse junto con el régimen de Venezuela: ha llegado el momento de tomar decisiones a futuro y atreverse a cambiar de rumbo. Hay herencias tan pesadas que terminan por convertirse en un lastre. Columnista: Víctor Beltri Imágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0