En Raíz que no desaparece , la novelista mexicana retrata la tragedia de los desaparecidos y el dolor de las madres buscadoras. Con una prosa marcada por la rabia y la emoción, denuncia la violencia, el narcotráfico y la desigualdad que atraviesan México. La obra incorpora fichas reales de personas desaparecidas como un gesto de memoria.