Rocío Hoffmann y su travesía del dolor hacia la esperanza; el arte como sanación

Rocío Hoffmann es mucho más que una pintora; es el testimonio vivo de cómo el arte puede convertirse en un refugio, en un acto de resistencia y en un puente para sanar las heridas más profundas del alma. Su historia reciente no sólo habla de pérdida, sino también de una transformación creativa y espiritual que ha marcado cada pincelada de su obra más personal y conmovedora: la serie Puzzle.Hace dos años, Rocío enfrentó el fallecimiento de Iván, su hijo amado, quien perdió la batalla contra el cáncer. Esta experiencia incomunicable y devastadora encontró en el arte una vía de expresión y supervivencia. Inicialmente, pintar se convirtió en una especie de lucha interna, un acto casi forzado para mantener a flote el corazón cuando el dolor amenazaba con hundirle.“Había iniciado con Ivancito algunos cuadros, proyectos que tuve que terminar sola, envuelta en la tristeza y con el alma ahogada”.De esta primera etapa nació la serie Lágrimas, espejo fiel de ese pesar insoportable. Pero como todo proceso genuino de sanación, la obra comenzó a transformarse, a buscar caminos que permitieran respirar de nuevo, sin perder la verdad del dolor. Fue así como surgió Puzzle, una serie que se revela como la evolución del sentimiento, un proceso de reconstrucción personal, un renacer a través de la ruptura y la fragmentación controlada.La creadora asentada en Rosarito, explica que, los rostros en Puzzle se deforman, se fragmentan y se ensamblan en un juego de piezas que evocan ese estado emocional de quien se siente roto, pero que se esfuerza por rearmarse.Detalla que eligió para esta serie una paleta de colores vivos y alegres, porque en medio de la oscuridad interna también había un deseo vehemente de salir adelante, de traducir la tristeza en esperanza, de brindar luz frente a la tragedia.Este trabajo artístico es, en palabras de la propia Rocío: “una metáfora visual, un proceso terapéutico que me ha acompañado en el camino. La pintura dejó de ser un ejercicio comercial, una obligación, para convertirse en una entrega íntima, una promesa que le hice a Iváncito: pintar para mí, desde lo más profundo, para honrar su memoria y encontrar sentido en la creación”.La artista, a sus 61 años, ha transformado su experiencia personal en hábito y oficio, en un esfuerzo consciente para pulir su técnica y compartir un legado que trasciende el valor material de las obras. En sus exhibiciones, como las que realiza en Ami Castelun Art Studio y Polo's Gallery, ubicados en Popotla, Playas de Rosarito, Rocío Hoffmann no sólo muestra pinturas; ofrece la posibilidad de adentrarse en un relato de vida, de empatía y de resiliencia.En un mundo donde el artista suele tener la lógica mercantil como motor, Rocío Hoffmann ha decidido romper con ese esquema para regalar un espacio de encuentro donde la obra sea un acto cultural, un refugio para quienes la contemplan. No todos podrán adquirir sus cuadros, pero la invitación a acercarse, a deleitarse y a conectar con este proceso humano está siempre abierta.Puzzle es más que una serie pictórica; es una crónica emocional que habla de la pérdida, del dolor, pero sobre todo de la esperanza y la fortaleza que brotan cuando la vida obliga a recomponerse. La obra de Rocío Hoffmann es una clara muestra de cómo el arte puede servir de terapia, lenguaje y compromiso vital, y cómo en cada fragmento y color, ella va saliendo poco a poco del ahogo para encontrar, finalmente, la armonía.En sus palabras, pintar ya no es solo oficio o hábito, sino un acto de amor y memoria, una forma de compartir un fragmento de vida universal. No todos podrán comprar estos cuadros, pero la invitación está abierta para deleitarse con ellos, para sentir de cerca ese proceso de vida y recuperación que la artista comparte sin reservas.Puzzle es más que una serie: es una historia de amor, pérdida, renacimiento y esperanza, plasmada en colores y formas que nos recuerdan la capacidad humana de sanar y crear belleza en medio del dolor.En ese proceso Puzzle, refleja la reconstrucción interna, el lento y doloroso rearmarse de una madre que busca sentido y luz tras la tormenta. Rocío Hoffmann deformó los rostros en sus cuadros, jugando con las piezas de un rompecabezas emocional.Más que imágenes, Puzzle es la manifestación palpable de una promesa: el compromiso que Rocío hizo con su hijo, de dejar atrás la pintura comercial para entregarse a su obra personal, auténtica y sin concesiones.PCL