Estos días hemos leído en prensa, con gran despliegue institucional, la inauguración de la Escuela Infantil Egunsenti de Erripagaña, presentada como la “primera gran infraestructura pública del barrio” y como un servicio pensado para dar respuesta a las necesidades de nuestras familias. Sin embargo, la realidad que nos toca vivir a los vecinos y vecinas de Erripagaña dista mucho del discurso oficial.