El contrato, que se extenderá lo que queda de mandato a Almeida, incluye su almacenamiento de octubre a mayo, así como la vigilancia durante los meses de verano ante alertas meteorológicas. El coste total de esta sombra para las arcas públicas alcanza ya los dos millones de euros Los toldos en Sol costaron un millón y medio de euros por contratiempos y falta de previsión: “Son caros y llegan tarde” La que se ha convertido en la sombra más cara de Madrid acaba de sumar medio millón de euros de coste a las cuentas municipales. Es el precio que calcula el Ayuntamiento que tendrá que pagar por el desmontaje de los toldos que el Gobierno de Almeida colocó a mediados de junio en la Puerta del Sol y que serán retirados el mes que viene, una vez que hayan acabado los días de calor y la cobertura de una de las plazas más calurosas de la capital ya no sea necesaria. El consistorio dedicará 499.094,57 euros (IVA incluido) del presupuesto municipal a retirar, almacenar y volver a montar los citados toldos cada temporada, según el contrato que acaba de licitar el área de Obras y Equipamientos, a cuyos detalles ha tenido acceso este periódico. Cantidad que se suma a los 475.530 euros que costaron las velas (adjudicadas a la empresa Carpas Zaragoza) y a los 996.171,73 euros gastados en los anclajes y el lastrado de los bancos para soportar las tensiones. En total, casi dos millones de euros. Según los pliegos municipales, el nuevo contrato entrará en vigor el 1 de octubre e incluirá el desmontaje en un mes como máximo (el 31 de octubre los toldos han de quedar totalmente retirados), su mantenimiento, conservación y limpieza, el almacenaje y la reparación o sustitución de sus elementos en el caso de que fuera necesario. También incluye el montaje con todos sus elementos al inicio de cada temporada estival, a partir del 1 de junio, para lo que la instalación comenzará en el mes de mayo. Además, la empresa adjudicataria deberá vigilar el estado de los 32 toldos de Sol al menos una vez al día y contar con un teléfono de incidencias para atender cualquier aviso de emergencia. En este sentido, también deberá estar atenta a los avisos meteorológicos de junio a septiembre y deberá desmontar de urgencia las telas si en algún momento se decreta aviso rojo por vientos (rachas de más de 130 km/h) o aviso naranja por lluvias o superior (30 litros por metro cuadrado). La labor de conservación afecta a los toldos pero también al resto de elementos de la instalación de sombra, es decir a los mástiles y sus cimentaciones, los cables de acero, los tensores, las argollas, las placas de anclajes en fachadas, los huecos de las cimentaciones en los bancos y sus respectivos embellecedores. El contrato se extenderá hasta el 2027, año en el que se celebrarán de nuevo elecciones municipales. La adjudicación recoge la posibilidad de prórroga y para añadir dos temporadas más y ampliar el coste otro medio millón de euros a lo ya dedicado a la instalación. Situación de los toldos de la Puerta del Sol El Ayuntamiento de Madrid deberá apurar los plazos este año para conseguir que los toldos queden desmontados el próximo 31 de octubre, ya que recibirá ofertas de las empresas interesadas hasta el próximo 24 de septiembre. Fuentes del área de Obras y Equipamientos indican a Somos Madrid la necesidad de este contrato para el correcto funcionamiento de la estructura, además de asegurar que se encuentran “satisfechos” por su impacto en la plaza. “Era algo muy demandado y este verano se ha podido comprobar”, al ser utilizado por las personas que se han pasado por la Puerta del Sol. Almeida, la sartén y los geranios Una de las críticas principales a la instalación de los toldos es que no fueran incluidos en la reforma integral de la plaza, a la que el Ayuntamiento dedicó unos 13 millones de euros para lograr su peatonalización completa. La decisión llegó más tarde, cuando el alcalde Almeida comprobó las críticas que llegaban al nuevo aspecto del corazón de Madrid por no haber previsto ni un solo elemento de sombra. La sartén de Sol , empezaron a llamarla, con diseño de azulejos alusivos al nombre incluidos . El tema ha coleado tanto que salió durante el Debate sobre el Estado de la Ciudad, celebrado este lunes en Cibeles. “No tengo ningún problema en hablar de la Puerta del Sol” -aseguró José Luis Martínez-Almeida- “con una condición: que me digan ustedes qué sombra pusieron en la Puerta del Sol, cuántos geranios plantaron, o si peatonalizaron la Puerta del Sol”, retaba a la oposición. “No es una solución ni buena, ni bonita, ni barata”, protestó el pasado mes de junio la portavoz del PSOE, Reyes Maroto, el día de la instalación de los toldos. A la vez, mostraba una solución alternativa de creación de sombras efímeras en Barcelona. “Es mucho más bonito y más barato, cuatro sombras cuestan 100.000 euros y no tiene anclajes”, aseguraba entonces mientras lamentaba que los enganches de los tensores hayan alterado el entorno y el paisaje urbano, en un lugar con protección patrimonial. Uno de los anclajes para los toldos en la Puerta del Sol En el área de Obras defendieron entonces que según sus estudios el anclaje del toldo no podría colocarse bajo la hilera de bancos que hay en la zona norte, al no haber un terreno sólido (el intercambiador de Sol pasa por debajo) y existir el riesgo de que saliera volando ante fuertes rachas de viento. Para solventarlo, el Ayuntamiento tuvo que introducir placas de acero como lastre, abriendo los bancos de granito recién estrenados, con el consiguiente aumento del coste. ¿Hubiera sido más sencillo colocar árboles? Los arquitectos que planificaron la reforma en la Puerta del Sol, Ricardo Sánchez y Jose Ignacio Linazasoro, propusieron en su momento plantar 14 en la única zona donde era posible, junto al edificio que alberga la tienda de Apple, pero el área de Patrimonio de la Comunidad de Madrid se negó tajantemente para no tapar las vistas de los edificios protegidos de la plaza. En el resto de la explanada la losa impide otras plantaciones, aseguran desde el consistorio, que también descartó colocar elementos arbóreos en grandes macetas.