El hermano de Isabel Pantoja , siempre en un segundo plano mediático y convertido en su mayor apoyo durante décadas, atraviesa el momento más delicado de su vida. Según desveló Antonio Rossi en 'El tiempo justo', el nuevo programa de las tardes de Telecinco, la Agencia Tributaria ha declarado a Agustín Pantoja «responsable solidario» de la deuda que la tonadillera mantiene con el fisco, que asciende a más de un millón de euros. La notificación le llegó el pasado mes de junio y las consecuencias no se han hecho esperar: todas sus cuentas, tanto personales como vinculadas a sociedades, han sido bloqueadas. « Le han bloqueado todo tipo de cuentas, sociedades y personales. Le han retirado 200.000 euros, que es lo que había», explicó Rossi. El colaborador añadió que el motivo es claro: Agustín contaba con poderes sobre los contratos de su hermana, firmaba en su nombre y llegó a recibir ingresos, lo que para Hacienda le convierte en responsable directo de los impagos de IRPF y Seguridad Social. La situación se agrava aún más porque, desde diciembre, ni Isabel ni su hermano tienen ingresos regulares. Los conciertos previstos no se han materializado y la serie sobre la vida de la cantante, que debía ser una de sus grandes fuentes de financiación, se encuentra paralizada . «Desde diciembre no trabaja y no cobra, y ha dejado de pagar. Y ahí viene el problema con la serie que no sale adelante, los conciertos que no salen adelante», explicó Rossi. Luis Pliego, director de 'Lecturas', apuntó que la figura de «responsable solidario» es más habitual en matrimonios. Sin embargo, en este caso se aplica por el rol que jugó Agustín en la gestión de la carrera de su hermana. «Lo más sorprendente es que Hacienda considera que es responsable de igual manera», subrayó Rossi. La realidad para los Pantoja es demoledora: «Ninguno de los dos puede cobrar nada», aseguró el periodista. Los ingresos que perciban en adelante serán embargados automáticamente para reducir la deuda, lo que deja a ambos prácticamente sin margen de maniobra. Isabel Pantoja, que había intentado recomponer su situación con un acuerdo con Hacienda, se encuentra de nuevo contra las cuerdas. Su regreso a Cantora tras abandonar la lujosa vivienda de La Finca en Madrid ya fue interpretado como un síntoma de sus dificultades económicas. Ahora, con su hermano arrastrado por la misma tormenta fiscal, el panorama es todavía más incierto. La familia Pantoja vive, de nuevo, bajo el escrutinio de la opinión pública . Y mientras Isabel sueña con instalarse en República Dominicana, el presente la devuelve a la realidad: un futuro inmediato marcado por la vigilancia de Hacienda y la sombra de la ruina.