Las promesas que no fueron

El partido de Javier Milei, La Libertad Avanza, no ha obtenido buenos resultados en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires, que concentra el 40% de la población argentina. Lo peor no son sus malos resultados, sino que el vencedor es el enemigo al que querría borrar, el peronismo. Con un 47% de los votos la coalición Fuerza Patria, que engloba a los diversos sectores del peronismo ganó en seis de las ocho secciones electorales y en dos de los distritos más poblados. El presidente Milei ha asumido los resultados y llamado a revertirlos próximamente en las urnas. Pero, antes, habrá que entender qué es lo que ha pasado. Milei y La Libertad Avanza han perdido el apoyo de sectores populares, que en su día se cansaron de las políticas kichneristas, pero también ha perdido el favor de los votantes tradicionales del centro derecha. Súmese a esto que las causas que pueden explicar la derrota son estructurales: algunos datos macroeconómicos han mejorado pero el desempleo y la pobreza siguen golpeando a amplias capas populares que se sienten abandonadas. Además, ha perdido apoyos de algunos medios de comunicación y de muchos que confiaron en la regeneración. Milei es un liberal radical en lo económico, que en materia política ejerce un liderazgo férreo y centrado en su persona. Los insultos y el desprecio al adversario han marcado su estilo político. Las recientes noticias relacionadas con escándalos de corrupción que salpican a su hermana y jefa de Gabinete, Karina Milei, han acabado de hacer el resto. Milei prometió liberar a Argentina de la casta, pero muchos ya piensan que él mismo está generando una nueva casta.