Mudarse a una ciudad diferente a la de origen suele ocasionar diversos choques culturales relacionados con las costumbres, formas de ser y, en las ocasiones en las que se cuente con un idioma diferente, las dificultades para comunicarse hasta conocer la nueva lengua. Es lo que le ha ocurrido a María Alarcón, una enfermera malagueña que se mudó hace dos años a Girona y que aún tiene problemas para diferenciar ciertas palabras catalanas.