La aprobación por parte del Consejo de Ministros de la nueva ley antitabaco que, entre otras cuestiones, prohibe fumar en terrazas de bares y restaurantes, ha supuesto un revés para los dueños de estos negocios. La Asociación de Hosteleros de Sevilla y Provincia ha emitido un comunicado en el que reitera su «incomprensión» ante este extremo. La medida se enmarca en el Anteproyecto de la modificación de la Ley 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco que el gabinete de Pedro Sánchez dio luz verde este martes. Para los hosteleros, esta acción tendría una «eficacia muy limitada», ya que, según explican, podría desplazar los encuentros con fumadores a espacios cerrados como los domicilios, aumentando la exposición al humo, y «fomentar el consumo desordenado en las inmediaciones de las terrazas, donde no hay lugares habilitados para los residuos, con el consiguiente perjuicio para el entorno y los vecinos». La asociación argumenta en su negativa al hecho de que «actualmente existe una buena convivencia entre fumadores y no fumadores en las terrazas». En su escrito, los hosteleros apuntan también a la viabilidad de llevar a cabo esta medida y rechazan ejercer de vigilante para hacerla cumplir. «El empresario hostelero, como cualquier otro, vela por la viabilidad y correcto funcionamiento de su negocio, pero no se le pueden añadir funciones como vigilar atentamente que un cliente encienda un cigarrillo», explican. De esta forma, arguyen, un hostelero «no es un policía que deba garantizar una prohibición ni actuar como autoridad legal cuando esta se incumpla». Al mismo tiempo, muestran sus temores sobre la multa que podrían recibir en caso de que un cliente fume en su establecimiento. «Estamos convencidos de que en caso de infracción si se le hará responsable directo cuando un cliente por picaresca o desconocimiento, sobre todo en caso de visitantes extranjeros, encienda un cigarrillo en nuestras terrazas». Además, la asociación alerta también del «impacto negativo» para el turismo y la imagen internacional del país, ya que, dicen, España se convertiría en una excepción dentro de Europa. Solo Suecia mantiene una prohibición total similar, mientras que otros como Francia han optado por excluir expresamente las terrazas de sus restricciones. Por todo ello, instan al Gobierno a reconsiderar la medida e insiste en que tanto esta asociación como la confederación nacional tienen voluntad de diálogo con las autoridades para buscar una fórmula que satisfaga a todos.