Sergio Hernández, cineasta: «Todas las personas vinculadas al suicidio me animan a que le dé la máxima visibilidad»

«Cualquiera pueda valorar el suicidio como una opción», declaraba Sergio Tubío, bombero del ayuntamiento de Madrid, en el documental que cuenta, sin tapujos, el drama de la epidemia silenciosa. 'El estigma del silencio' es el trabajo que ha llevado a Sergio Hernández a contar las historias de supervivientes y de familiares de víctimas; las reflexiones de psicólogos y expertos. La dureza de las declaraciones se entremezclan para no caer en el sensacionalismo ni en la absoluta rigurosidad. Sin perder una frágil fortaleza, el cineasta pone en palabras más de dos años de faena que cuentan la realidad de que 11 personas al día en España se quitan la vida. Una película documental que recorre auditorios e institutos y que hoy, por el Día Mundial para la Prevención del Suicidio , se estrena simultáneamente en cines, Filmin y FlixOlé. -¿Cómo llegaste a hablar del suicidio? -El documental lo hice sobre todo porque uno de mis mejores amigos, que también participa, tuvo dos intentos de suicidio y ninguno de sus amigos, entre los que me incluyo, sabía cómo encauzarlo, qué decirle... Era un tema totalmente desconocido para nosotros y cuando me puse a buscar información sobre este tema y vi las cifras, las personas que se suicidaban cada día, que es algo que no sale en las noticias y no se conoce, me alarmé mucho. No me esperaba lo que vi. Pensaba que eran dos o tres personas al mes y eran 11 todos los días. -Guionista, director, montador, editor y productor, ¿cómo enfocaste desde un principio el documental? ¿Contaste con ayuda de psicólogos o expertos? -Entrevistamos a psicólogos, expertos, presidentes de asociaciones, supervivientes, familiares de personas que se han suicidado y un analista de datos, el abanico de personas es muy amplio. Para cada grupo, según el perfil, hicimos unas preguntas más o menos personalizadas. A la hora de guionizar no tuve ninguna ayuda profesional, pero a la hora de montar el documental y de tener el primer corte, sí que se lo mostré a psicólogos y expertos de confianza. Ellos fueron los que me dijeron: 'esta parte mejor que la omitas'. Uno de los protagonistas decía un método de cómo suicidarse, lo quité. Yo como cineasta no tuve ningún problema para montarlo, pero como profesional, que no lo soy, sí que necesitaba ayuda externa para que me dijesen qué podía o no mostrar. En ese sentido sí que estuve muy supervisado y el resultado final quedó bastante bien. -Una de las razones que se dice para no hablar del suicidio es el miedo a la réplica, ¿cómo enfrentas tú ese tabú? -Hay mucha desinformación, está más que demostrado que no es así. Sí que es cierto que, si se habla de una manera que no es adecuada, entrando en el morbo o dando ideas, sí se puede inducir a ello, por eso hay que tener un poquito de responsabilidad para no hacerlo. De hecho, me he dado cuenta que todas las personas vinculadas al suicidio me animan a hablar más de ello y que le dé la máxima visibilidad posible. De lo que no se habla parece que no existe. Para que todo empiece a cambiar, aunque sea muy difícil, el primer paso es hablar de ello, pues eso es fundamental, que no sea un tabú. -¿Crees que puede llegar a insensibilizar? Por ejemplo, en la pandemia muchas personas llegaron a saturarse con las cifras -Creo que si se trata con morbo o no se sabe informar sí se puede llegar a insensibilizar, incluso llegar al efecto contrario. Pero con un poquito de tacto, con apoyo de profesionales, saber cómo tratar la noticia, yo pienso que no, que es todo lo contrario. No se hace prácticamente nada sobre esto, ni se habla y todos los años suben las cifras. Entonces, algo mal estamos haciendo bien como sociedad en general para que esto siga pasando. -¿Cuál crees que es la respuesta política a esta situación? -No se habla, ni se intenta... Nada. Yo tampoco tengo muchísima información, pero estoy en contacto directo siempre con asociaciones y personas que me ayudan a difundir el documental; ellos me envían que, muchas veces, cuando se pone a voto cualquier medida, como un plan de prevención nacional, nunca, en ningún partido lo votan. También hemos invitado a políticos al preestreno del documental, vinieron de los principales partidos, y llegan, se hacen la foto, una entrevista y se marchan, ni siquiera se quedan a ver el documental. De cara a la galería todos se ponen la medalla de que están muy comprometidos con la causa, que no lo dudo, pero luego, a la hora de la verdad, no hacen nada, no ponen ninguna medida real. Esperemos que poco a poco cambien y se empiecen a tomar medidas. -En los dos años que has trabajado en el documental, ¿crees que ha habido cambios? -A nivel personal he aprendido muchísimo. He pasado de no tener ni idea a, que si tengo una persona en esta situación, como me pasó la primera vez con mi amigo, pues ya sabría qué hacer, a quién recomendarle, que tengo que validar sus sentimientos y tendría un montón de herramientas gracias al haber hecho este documental, que antes no tenía. -¿Y a nivel sociedad? -Te das cuenta de que empeora poco a poco. Siempre te llegan nuevos casos, noticias, personas… Por ejemplo, hace muy poco una chica se suicidió dentro del hospital, en la propia unidad de servicios de salud mental. Este año es el primero que bajan las cifras, pero mucha gente con la que tengo vínculos, dicen que esas cifras son falsas, que no son reales. Como anécdota, un poco oscura, de las cuatro madres que entrevisto en el documental, tres de ellas, sus hijos no aparecen como datos oficiales, como víctimas. Entonces, si de cuatro personas solamente son tres, imagínate lo que habrá. Los datos tampoco te puedes fiar mucho. -¿Cuál crees que es la mejor forma para ayudar a visibilizarlo? -Otro de los motivos por los que hice el documental fue que había dos o tres documentales sobre suicidio y muy amateur o muy poco conocidos. Y prácticamente no había reportajes. De ese momento hasta ahora, sí que he conocido que se han hecho más trabajos. Y en cuanto a los medios de comunicación, igual que anuncian las víctimas de violencia machista o de género, que yo celebro que se hable de ello en los informativos, que todos los días se dijese: 'Hoy se han suicidado 11 o 12 personas'. Aunque sea un tema muy trágico, que se hable. Que no le demos la espalda. -Desde que estrenaste el documental, ¿cómo has podido difundirlo? -Estamos poniéndolo en institutos, en auditorios, dando charlas. Cuando hacemos la pregunta de: ¿Cuántas personas de aquí sabían que se suicidaban todos los días 11 personas como mínimo?; a lo mejor con un público de 200 personas, levantan la mano tres. -Y cuando estás en los institutos, ¿qué suelen preguntar los adolescentes? -Los adolescentes están muy atentos, pese a que el documental dura una hora y parece que no van a estar muy entretenidos, están de principio a fin pegados a la pantalla, y las preguntas son muy diversas. Suelen ser un poco más personales, porque suelo llevar a padres que han perdido a sus hijos, que más o menos tienen su edad, y suelen ser más preguntas hacia él personalmente. En todos los institutos siempre dicen, yo conozco un compañero que creo que tiene estas señales, porque a raíz de ver el documental, decimos unas señales que hay en las personas que tienen intentos. Ellos intentan ser agentes de cambio y comprometiéndose con las causas. Creo que la pregunta más común es: ¿Qué podemos hacer nosotros? -Has comentado que sigues en contactos con las personas del documental, ¿verdad? -Sí, estamos en contacto. Por ejemplo, este sábado 13 de septiembre hay una manifestación en la plaza de Bravo Murillo porque hoy es el Día Mundial de la Prevención del Suicidio y estamos intentando que la gente venga. Es en Madrid, pero vienen de toda España. Intentaremos que sea multitudinaria. -Y cuando estrenaste, ¿cómo fue el recibimiento de la comunidad? -Bastante bueno, yo tenía un poco de miedo, sobre todo con los propios familiares y la gente que aparecía en el documental, y todos me dieron las gracias y me animaron. La palabra que más me han dicho siempre que he puesto el documental en festivales, en cines.. es que se tenía que poner en los institutos. Recogimos el guante y desde entonces lo hemos puesto en unos 20 centros educativos. Espero que siga siendo así, las críticas siempre son súper positivas y la gente muy agradecida, porque está tratado con muchísimo respeto y muchísima empatía, es un homenaje a las víctimas. -Y después de estos casi tres años tratando este tema y haciendo el documental, ¿qué conclusión sacaste de él? -Pues que hay muchísima desinformación y ocultación. Ahora que la gente me conoce en las asociaciones, cada vez que sale una noticia en medios me la pasa y a lo mejor es una cada dos meses. La conclusión es esa, que nos falta mucho por aprender, que es un tema muy difícil. El suicidio nunca va a ser cero, porque hay casos que, desgraciadamente, nunca han dado avisos, entonces es imposible prevenirlo, pero en la gran mayoría, en torno al 80%, es gente que tiene problemas de salud mental, algún tipo de enfermedad y son casos que se pueden prevenir. Con un poquito más de compromiso, las cosas pueden mejorar. Si hubiese más medios, la gran mayoría de los casos se podrían prevenir, porque hay gente que pide ayuda y esa ayuda, pues nunca se da o llega muy tarde. Gente que pide cita o acude a urgencias porque ha tenido un intento y está manifestando que tiene intenciones suicidas y le dan una cita para dentro de tres meses o de cuatro. Eso no sirve de nada.