La violación del espacio aéreo polaco por parte de drones rusos ha encendido todas las alarmas en Washington y Bruselas. Polonia confirmó esta madrugada que derribó varios aparatos enviados en el marco de un ataque ruso contra Ucrania. La OTAN y la Unión Europea calificaron el episodio como “una provocación sin precedentes”. David Alandete, corresponsal de COPE en Estados Unidos, explica desde la Casa Blanca que la reacción de Washington ha sido “bastante comedida” pese a la gravedad de los hechos. Tras horas de deliberación, el presidente Donald Trump resumió su postura con un mensaje corto pero revelador: “¿Qué sucede con esta invasión rusa del espacio aéreo polaco? Ya estamos de nuevo. Ya estamos de nuevo”. Para Alandete, esa frase es mucho más que una reacción en caliente: “ha sido la expresión de un mandatario harto de tener que lidiar con Moscú”. Según relata, la paciencia de Trump con Vladímir Putin se ha ido agotando tras meses de intentos de negociación fallidos. El presidente estadounidense había comenzado su mandato con la esperanza de alcanzar un acuerdo rápido de paz, incluso tras la cumbre en Alaska en la que se vio con el líder ruso. Pero el tiempo pasó y el plazo de dos semanas que Washington había fijado para un encuentro entre Putin y Volodímir Zelenski expiró sin avances. Todo lo contrario: “se han intensificado los ataques y ahora incluso ha habido esta vulneración del espacio aéreo polaco que alarma no solo en Europa, sino también aquí en Washington”, subraya Alandete. El primer ministro polaco, Donald Tusk, confirmó que 19 drones cruzaron su frontera desde Bielorrusia, y anunció que invocará el artículo 4 del Tratado de la OTAN, que prevé consultas inmediatas entre aliados cuando uno de ellos se siente amenazado. “Estamos en el momento más cercano a un conflicto abierto desde la Segunda Guerra Mundial”, advirtió Tusk en el Parlamento. Según Varsovia, al menos tres drones fueron neutralizados con apoyo de defensas aéreas aliadas. La OTAN, a través de su secretario general Mark Rutte, confirmó la participación de F-16 polacos, F-35 neerlandeses, AWACS italianos y sistemas Patriot alemanes en la operación. La Alianza ha dejado claro que protegerá “cada centímetro del territorio aliado”. En palabras de Alandete, “el presidente Trump comenzó con esperanzas, pero hoy esas esperanzas están diluidas”. Su frase, lanzada en redes sociales, evidencia la ruptura de confianza con Putin y la creciente presión para responder con firmeza. Lo que parecía una crisis regional se ha convertido en un problema que involucra a toda la OTAN y que empuja a Estados Unidos a replantearse su estrategia. Washington sabe que, como dijo el propio Trump, “ya estamos de nuevo”. Y ese “de nuevo” puede marcar el inicio de un giro en la política hacia Moscú.