Política, cancelaciones y meteorología

Creo que, como sociedad, y, sobre todo la clase política, solemos pasar del todo al nada y viceversa con bastante facilidad. Me quiero centrar en la cancelación de ciertos eventos y trabajos del 9 de septiembre por alerta naranja, que parece que no fue para tanto en algunas zonas, pero claro, después de la desgracia que ocurrió con la dana y la falta de prevención, ahora sí que vale prevenir antes que curar. Creo que la clase política sí acierta al hacer esto, pero hay que dar un paso más allá. Se cancelan para que ciertas personas no se desplacen, y ¿qué pasa con el resto? Sigue habiendo alerta, por lo tanto, tocaría mirar protocolos para que cuando haya una alerta del tipo que sea, la sociedad se pare y no se tenga que desplazar casi nadie, o solo aquellas personas cuyo trabajo sea indispensable, como cuando pasó la pandemia. Pero, claro, para ello habría que trabajar, y mucho, para hacer esta organización y eso cuesta tiempo, neuronas y cabrear a ciertos sectores económicos. Por si sirve de ayuda, en caso de alerta: suspensión de clases, cerrar parques y polideportivos, y solo va a trabajar personal que se considere de alerta sanitaria, ciudadana y demás, tales como bomberos, policías, personal sanitario y aquel que se considere necesario. Tenemos que saber, como decía Mafalda, parar el mundo, por un día o dos, los que sean necesarios. Dejar de trabajar, comprar, recibir paquetería y demás, saber aguantar con lo que se tiene, porque estas alertas, por suerte en nuestra zona, de momento, son esporádicas y no suelen perdurar en el tiempo. En fin, gracias por prevenir y recuerden que, si no pasa nada, la gente se quejará porque no fue para tanto; si pasase algo, la gente se quejaría por no prevenir. Casi nunca llueve a gusto de todos. Ánimo gente política e intenten crear protocolos para parar el mundo y pensar en la seguridad de la sociedad y no solo de unos pocos.