Lorenzo del Rey - Redacción COPE Albacete En el país de los ciegos, el tuerto es el rey. Así dice el refrán castellano. Pues si lo traducimos a lo visto en la tercera de abono de la Feria, los utreros de este miércoles 10 de septiembre estuvieron muy lejos de los del año pasado en cuanto a su comportamiento. Porque toda la novillada de López Gibaja fue mansa, descastada y de nulo juego, siendo el único con alguna opción ese último de la tarde. Precisamente el que el propio ganadero marcó con posibilidades. Y no porque fuese bueno si no que resultó el menos malo de un encierro que naufragó. Y es que en cuanto a su composición, la segunda novillada del abono era muy similar a la del día anterior: dos novilleros muy placeados que casi acarician con la punta de los dedos su alternativa junto a un tercero mucho más nuevo. Además, para más coincidencias, el ganado elegido regresaba a Albacete tras el buen juego desplegado el año pasado. ¿Y cómo resultó la repetición de la jugada? Pues no igual, si no peor. "El Mene" sólo pudo mostrar su oficio en ese sexto, Zulueta únicamente dejó algún detalle mientras que Quesada, con su lógica falta de pericia ya que era su segunda novillada, ante un utrero complicado en el que por desgracia resultó herido, se le vio desbordado por momentos. La racha ganadera de estos tres primeros días pide a gritos un cambio de rumbo. El sopor fue la tónica del día de hoy y eso sólo se cura con casta, bravura y emoción. Habrá que esperar a la corrida de Santi Domecq como próxima bala de esperanza mañana mismo. Tengamos fe.