La prevención es clave para combatir los incendios, pero mantener limpias las franjas de seguridad que rodean las aldeas no es tarea fácil. Una de las principales trabas es la dificultad para identificar o localizar al dueño de estas parcelas. La Xunta detectó en solo cuatro años 357.000 fincas llenas de maleza en las que desconoce quién es el propietario o cómo contactar con él. De hecho, son el 40 por ciento de todos los predios en los que, tras la inspección, se consideró necesario acometer tareas de desbroce ante el riesgo de que el fuego se acerque a las casas.