El otro día entré en una librería y vi que la mesa de novedades estaba copada de libros, digamos, de autoayuda. Para autoayudarme me alejé y busqué el estante de novela negra. Siempre está bien estar al tanto de a quién matan y cómo lo matan. Al tanto del posible surgimiento de nuevos o nuevas detectives, con sus rarezas y excentricidades y sus problemas personales mezclados con el caso que investiga.