Un profesor aprueba la oposición en verano y empieza a dar clase este curso en Lugo: “A veces hacemos de psicólogos”

Todas aquellas personas que se presentan a una oposición para pasar a formar parte de la nómina de empleados públicos hacen un comentario similar. Afirman que ese proceso rara vez es una aceleración explosiva que te lleva a la meta por la vía rápida. Normalmente, coinciden, “es como una carrera de fondo”, con momentos buenos, en los que la esperanza te anima para seguir con el hocico pegado a los libros, y otros malos, en los que llegas a pensar que es mejor olvidarse de todo, dar carpetazo y abrir una nueva página de tu vida. El caso de Carlos García no es una excepción. Se presentó varias veces a las oposiciones, en concreto para conseguir empleo como profesor especialista de Formación Profesional en tres ocasiones. Finalmente, este verano sonó la flauta y consiguió la plaza por la que tanto había trabajado. “Fue una alegría inmensa, supone quitarse un peso de encima. Fueron varios años preparando la oposición para conseguir el aprobado”, reconocía en una entrevista en COPE Lugo. Imparte clases de mantenimiento de vehículos en el Centro Integrado de Formación Profesional de As Mercedes, en Lugo. Inicia el curso con una ilusión renovada, aunque ya cuenta con experiencia previa como docente. “Es como una carrera de fondo. Empiezas a trabajar. Primero como profesor sustituto durante un par de meses y, poco a poco, te vas enganchando. Haces algunas interinidades. Te vas formando y, al mismo tiempo, sigues estudiando”, explica. Llegar a alcanzar el objetivo no es tarea fácil. Son “muchos parámetros” los que inciden en el resultado final de todo el proceso que conlleva preparar una oposición.. Influye, evidentemente, “tu propia preparación”, dice Carlos, pero también “la suerte”. Que “llegue tu día y tu momento”. En cuanto a su experiencia como docente es, en general, “muy positiva”. Lo vive como un intercambio. “Cuando estoy en el aula, pretendo que los alumnos aprendan algo de mí, porque yo siempre aprendo algo de ellos”. Reconoce, en todo caso, que “hay momentos que son más duros, por determinadas situaciones”. A veces, “no se trata de conocimientos o de estudios de los alumnos, sino de su propia vida interior. Tienes que enfrentarte a situaciones que llegan a marcarte, porque realmente no estamos preparados para afrontar determinadas situaciones con algunos alumnos”, afirma. “Deberían convalidarnos el título de psicólogos”, bromea Carlos, quien también le da mucha importancia a la convivencia en el centro y a la relación con los compañeros, porque “hay gente que siempre está dispuesta a echarte una mano” y eso es algo importante, porque “a veces te ves desbordado”. A su juicio, “se están perdiendo determinados valores y deberíamos darle una vuelta a la sociedad en la que vivimos. Hay entornos muy diferentes, alumnos que vienen de otros lugares, con una cultura distinta, por lo que tenemos que adaptarnos unos a otros, pero detecto, desde hace tiempo, que ya no existe ese respeto necesario hacia las instituciones, los docentes e incluso entre ellos. Es un problema importante”.