A simple vista, el higo parece una fruta. Dulce, carnoso, jugoso, con una piel fina que se puede comer y unas semillas crujientes que lo convierten en un pequeño bocado perfecto. Lo añadimos a ensaladas , lo combinamos con quesos, lo convertimos en mermeladas o lo disfrutamos directamente del árbol, en plena temporada. Pero lo cierto es que el higo, botánicamente hablando, no es una fruta. Y, aún así, sigue siendo uno de los alimentos más completos, versátiles y beneficiosos que nos regala la naturaleza . Aunque siempre lo hemos tratado como una fruta, el higo no lo es exactamente. En realidad, es una especie de «bolsillo» natural que guarda en su interior muchas flores diminutas ya fecundadas. Por eso, cuando lo comemos y notamos esas semillas crujientes, en realidad estamos saboreando un montón de mini frutas a la vez . Su interior dulce, su textura suave y ese punto crujiente hacen del higo uno de los bocados más sorprendentes de la naturaleza… y también uno de los más versátiles en la cocina. El higo se ha cultivado desde tiempos remotos. Civilizaciones como la egipcia, la griega o la romana ya lo valoraban tanto por su sabor como por sus cualidades nutritivas. Hoy, lo sabemos con certeza: el higo es un alimento rico en fibra, antioxidantes, minerales y azúcares naturales , que puede formar parte de una dieta equilibrada y saludable. Entre sus principales beneficios : Favorece la digestión , gracias a su alto contenido en fibra soluble. Tiene efecto prebiótico , ayudando a mantener una flora intestinal saludable. Aporta energía rápida , ideal para deportistas o momentos de bajón. Contiene calcio, hierro, potasio y magnesio, minerales esenciales para el sistema nervioso, los músculos y los huesos . Es rico en antioxidantes , especialmente polifenoles, que protegen frente al envejecimiento celular. Además, si se consume fresco, tiene un alto contenido de agua y un valor calórico moderado . En su versión seca, los nutrientes se concentran, lo que lo convierte en una fuente energética más intensa y saciante, perfecta para incluir en desayunos, tentempiés o postres naturales. Aunque tradicionalmente asociamos el higo a elaboraciones dulces, su versatilidad en la cocina es enorme . En GURMÉ te hemos enseñado ya una larga lista de recetas saladas con higos . Combina a la perfección con quesos curados, embutidos, frutos secos, ensaladas templadas, masas horneadas, carnes al horno e incluso como topping en tostadas saladas o yogures. Su dulzor natural equilibra platos con ingredientes más grasos o intensos y aporta un contraste irresistible . Y lo mejor: está de temporada , como otros ingredientes como la berenjena o el calabacín . Así que si lo ves en tu frutería o mercado habitual, no lo dudes. Estás ante una infrutescencia deliciosa, única… y realmente buena para ti.