Lo bautizaron como el "Benidorm de Corea del Norte" tras una visita de emisarios de Kim Jong-un a la Costa Blanca en 2017. El régimen quedó fascinado por la fórmula del turismo de sol y playa en Alicante y decidió levantar su propia versión en Wonsan-Kalma, un macrocomplejo frente al mar del Japón.