Así habrían robado el barco los tripulantes marroquíes que encallaron en Lanzarote

La isla de Lanzarote ha despertado este jueves, todavía, con el susto en el cuerpo y mirando a la costa de Haría. Allí, ayer, un helicóptero del Gobierno de Canarias y un barco de Salvamento Marítimo tuvieron que socorrer a la tripulación de un atunero encallado en Órzola. Concretamente, en la zona del Charco de La Condesa. Sigue activo el Plan Insular de Emergencias por la presencia de vertidos. Se produjeron vertidos de combustible al mar. El problema, según Ignacio Gallego, Capitán Marítimo de Las Palmas, es que no saben la cantidad de combustible que podría llevar el barco: “El problema de esta situación un poco rocambolesca, por decirlo así, es que no tenemos datos fiables de la cantidad de combustible que llevaba la embarcación a bordo. Entonces, por el cálculo, llevaría unos cinco mil litros de gasoil si navegó unos cinco días. Y luego, en el posterior incendio, calculamos que habrá consumido prácticamente la mayoría del combustible que pudiera haber a bordo cuando embarcó”. Domingo Crespo es Sargento Jefe del Cuerpo de Bomberos de Lanzarote. Nos comenta que la pleamar de la tarde ayudó a apagar el fuego, pese a que, a primera hora después de encallar el barco, era prácticamente imposible acceder. Varios palos y trozos del mismo barco quedaron repartidos por el agua por la pleamar. Por lo que, ahora mismo, las dimensiones del barco se han reducido. Se evalúa cómo retirarlo: “Hay trozos que ya están en la costa, que las empresas privadas están extrayendo con grúas. El barco ha quedado en otras dimensiones y con más posibilidades de llegar con estas grúas, bien, si no, ya allí se plantean diferentes formas, bien sean con maquinaria que pueda rodar sobre la zona de roca y desmenuzarlo o luego hacer la extracción a tierra”. Estos 5 tripulantes marroquíes del atunero -de 17 metros de longitud- podrían haber robado este barco para dirigirse a Canarias. El capital Ignacio Gallego nos explica cómo robar este tipo de embarcaciones: “En barcos pequeños con una llave, en barcos un poco más grandes ni siquiera hace falta una llave, sino tener los conocimientos de máquinas marinas suficientes. Tendrían que tener algún mínimo conocimiento, seguramente este barco es posible que tuviera una llave, pero, generalmente, suele quedarse puesta. Nadie cuenta con que le vayan a robar el barco”.