El CTA reconoce un error arbitral en un partido de Segunda en su repaso a las jugadas polémicas

El CTA también analizó otras tres jugadas en LaLiga Hypermotion. En el Sporting de Gijón-Córdoba, el colegiado acertó al anular el penalti que había decretado en un principio por mano de un defensor rojiblanco tras un disparo de Ignasi Vilarrasa. También fue correcta la decisión de sacar tarjeta roja a Carlos Pomares, del Zaragoza, ante el Andorra, en "una ocasión manifiesta de gol", mientras que el CTA admitió que Franck Fomeyem tuvo que ser expulsado por doble amarilla tras golpear con su brazo en la cara de un adversario, porque "el movimiento es voluntario, innecesario para la acción del juego y con riesgo evidente para el contrario". Jornada 1 (Sporting-Córdoba): ¿Qué podemos aprender con esta jugada sobre las infracciones de mano? La acción nos sirve para recordar una idea fundamental: No todos los balones que toca el brazo de un jugador son falta. En esta acción el árbitro señala penalti, pero tras la revisión en el VAR rectifica su decisión inicial. ¿Por qué? Porque en el momento del impacto el brazo del defensor está completamente recogido, en una posición natural. Para que una mano sea sancionable deben cumplirse dos aspectos: Que haya un movimiento voluntario del brazo hacia el balón o que el brazo esté en una posición antinatural, ocupando más espacio del debido. Por eso, la primera decisión del árbitro fue errónea y la intervención del VAR resultó acertada. Jornada 2 (Zaragoza-Andorra): ¿Cómo se interpreta una ocasión manifiesta de gol en una acción como esta? Un defensor del Zaragoza comete falta sobre el delantero del Andorra, que se dirigía hacia portería con claras opciones de marcar. La acción tiene un componente táctico de búsqueda de evitar un ataque rival. En este caso, se trata de una ocasión manifiesta de gol, donde la distancia con la portería no atenúa la gravedad, ya que las posibilidades de que otros defensores alcanzaran al delantero eran muy reducidas. Por lo tanto, la decisión del árbitro de mostrar tarjeta roja fue un acierto. Jornada 3 (Córdoba-Las Palmas): Un defensor del Córdoba golpea con su brazo en la cara de un adversario. El movimiento es voluntario, innecesario para la acción del juego y con riesgo evidente para el contrario. Valoramos el lugar del impacto, la cara, y la intensidad del contacto, que pone en peligro al oponente. Atendiendo a estos factores y a nuestro compromiso con la protección de los futbolistas, la jugada debió sancionarse con tarjeta amarilla. En este caso la amonestación no se mostró por error y, además, habría supuesto la segunda tarjeta amarilla para el jugador y, por tanto, su expulsión.