Lejos está el día de 2005 en el que un joven y travieso grafitero conocido como Banksy colgó en una sala del Museo Británico un adoquín sobre el que había pintado un hombre rupestre empujando un carrito de súper. Con acciones atrevidas y activismo afilado se hizo tan famoso que, pasados veinte años, es un artista medular del sistema capitalista y se ha ganado una ventana propia en el mercado del arte que no hace ascos a franquicias o museos propios. Y al mismo tiempo permanece como el héroe callejero de la crítica radical del sistema y el paladín de las ‘buenas causas’. Hace unos días pintó frente a la sede judicial de Londres a un juez atacando a un... Ver Más