La huelga de los jardineros de Vitoria se enreda en las malas hierbas cuando la protesta está cerca de cumplir los 6 meses. La edil de Espacio Público y número dos del Ayuntamiento de Vitoria, Beatriz Artolazabal, ha denunciado ante la Ertzaintza un "nuevo episodio de acoso por parte de los trabajadores de Enviser", subcontrata municipal. ESta vez ha sido el lanzamiento en la puerta de su casa, en la localidad alavesa de Mendibil, de panfletos en los que le tachan de fascista, le caricaturizan con "un bigote de Hitler", y en los que aparece el muñeco con su rostro que ardió en una hoguera en la noche de San Juan. Artolazabal advierte que estas actuaciones "sobrepasan cualquier límite democrático de protesta legítima. No se puede permitir que un conflicto laboral se convierta en una campaña de odio personal". La concejala insiste en que defenderá siempre el derecho a la huelga, pero deja claro que nunca aceptará que se utilice "la intimidación y el acoso como forma de presión". Todos los grupos municipales de Vitoria, excepto EH Bildu, han condenado los ataques a la teniente de alcaldesa, que vinculan con la huelga de jardineros. "Estas prácticas no contribuyen a la resolución del conflicto, sino que deterioran el debate social y fomentan la crispación", indican. En COPE Rafa Busto, representante de ELA, sindicato que secunda la huelga junto a LAB y ESK, muestra "absoluto apoyo" a la edil y la condena sin paliativos en representación "del comité de empresa" lo ocurrido. "Desconocemos quién habrá sido, esto no es nada personal es un conflicto laboral y ya está". La denuncia de Artolazabal se produce después de que ayer el Ayuntamiento de Vitoria procediese al alisado de la campa principal de Olarizu de cara a los festejos del próximo lunes que incluyen la tradicional romería. El trabajo lo hizo un tractor con escolta de la Policía Local ante la presencia en el lugar de un piquete de los huelguistas, que acudieron a la Inspección de Trabajo a denunciar que esas labores eran ilegales. Los sindicatos consideran que dicha labor está recogida en el contrato de limpieza y mantenimiento de jardines y espacios verdes de la ciudad y que, por tanto, se ha vulnerado su derecho a la huelga. El Consistorio defiende por contra que no está dentro del contrato porque se trata de un "alisado" y no de una siega. Ahora hay abierta una investigación cuya conclusión Busto confía en que estará del lado de los jardineros. Los jardineros siguen sintiendo el respaldo social a la protesta que mantienen desde el pasado 26 de marzo para reclamar un convenio propio y un salario digno. Demandas que recordarán el próximo lunes estarán en las campas de Olárizu.