La lengua azul y la gripe aviar, la tormenta perfecta que amenaza a la ganadería cordobesa

Los ganaderos del norte ya acumulan cientos de cadáveres de sus animales en la cabaña bovina y ovina, mientras se espera que los focos alcancen ahora a las aves de corral La Guardia Civil investiga la aparición de una veintena de aves muertas en el río Guadalquivir En el norte de la provincia, los ganaderos de ovino y bovino ven cómo se mueren sus animales por centenares. Infectados por un serotipo de la lengua azul para el que no estaban vacunados, los animales sufren una enfermedad que o los mata o los deja extremadamente débiles. Las vacas y ovejas embarazadas sufren abortos repentinos. Las productoras de leche bajan de manera drástica la cantidad de litros que aportan. Mientras, este jueves aparecieron junto al Guadalquivir decenas de aves muertas. Aunque no se ha confirmado si ha sido a causa de la gripe aviar, ya hay focos en Huelva, Sevilla y Málaga, y es cuestión de tiempo que el virus llegue a Córdoba. Los productores de aves de corral se temen lo peor: un sacrificio masivo en caso de que sus animales se infecten o estén cerca de algún foco. Todo el sur de la Península Ibérica afronta los próximos meses con la alerta puesta ante la posible intensificación de dos amenazas sanitarias que afectan de forma directa a la cabaña ganadera: la lengua azul , transmitida por pequeños dípteros (Culicoides) y especialmente dañina para ovino y bovino, y la gripe aviar (influenza aviar), con focos recientes en aves silvestres y explotaciones de aves de corral. Los informes oficiales del Ministerio de Agricultura señalan que la temporada de actividad vectorial continúa siendo el principal factor que condiciona la aparición de nuevos brotes de lengua azul durante 2025. En los últimos meses se han confirmado focos en varias provincias y el patrón observado apunta a que, mientras persistan temperaturas suaves y humedad adecuada, la probabilidad de aparición de nuevos casos no remitirá de forma drástica durante el inicio del otoño. Paralelamente, la gripe aviar H5N1 ha registrado en las últimas semanas varios episodios en Andalucía que han motivado la activación de protocolos regionales de respuesta, en particular en entornos sensibles como el de Doñana. La presencia del virus en aves silvestres y la detección de carcasa de aves en zonas ribereñas o humedales eleva el riesgo de contagio indirecto a explotaciones avícolas cercanas, especialmente si no se aplican medidas estrictas de bioseguridad. La detección de cadáveres de aves junto al Guadalquivir y de posibles focos en la provincia de Córdoba que están siendo analizados por los servicios de vigilancia de la Junta de Andalucía; en caso de confirmación, la respuesta incluirá inmovilización de explotaciones, sacrificio preventivo y cierre de zonas afectadas según protocolos vigentes. Los ganaderos avícolas deben considerar la vigilancia pasiva (notificación de aves muertas) como primera línea de defensa. Impacto esperado sobre la cabaña ganadera Las consecuencias para las explotaciones ganaderas pueden ser significativas si los brotes de lengua azul y gripe aviar se multiplican o si las medidas de respuesta se retrasan. En el caso del ovino y el bovino, la lengua azul provoca pérdidas productivas derivadas de abortos, caída en la producción láctea y retrasos en el crecimiento de los animales. En la avicultura, la gripe aviar puede obligar al sacrificio de explotaciones de aves enteras y a asumir elevadas tasas de mortalidad. A ello se suman los costes sanitarios derivados de campañas masivas de vacunación, pruebas diagnósticas, cuarentenas, desinfecciones y la contratación de servicios externos, que encarecen la gestión diaria de las explotaciones. El comercio tampoco es ajeno a esta situación: las zonas donde se confirman focos quedan sometidas a limitaciones en los movimientos de animales y pueden perder temporalmente el acceso a mercados nacionales e internacionales. Esta combinación de factores repercute directamente en la cadena alimentaria, con posibles tensiones en los precios de la carne y la leche por la reducción de la oferta, mientras aumentan los gastos operativos de los ganaderos. El grado de impacto, dependerá en gran medida de la rapidez con que se detecten los brotes, del nivel de cobertura vacunal alcanzado y de la aplicación estricta de las medidas de bioseguridad. Los expertos consultados por las administraciones recuerdan que la confluencia de factores climáticos (temperaturas suaves y humedad) y las rutas migratorias de aves silvestres condicionan el comportamiento durante los próximos meses. Aunque las vacunas y los protocolos actuales permiten atajar los brotes de lengua azul y gripe aviar con eficacia si se aplican de forma coordinada, la ventana de riesgo persiste hasta que desciendan significativamente los vectores y se normalice la actividad migratoria. Por ello, las previsiones para Andalucía y Córdoba apuntan a un otoño con probabilidad de nuevos episodios .