En noviembre de 1945, en el contexto de la posguerra europea tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial, la Diputación Provincial de Cáceres tomó una iniciativa humanitaria de gran relevancia al ofrecer alojamiento para 50 niños extranjeros en los colegios provinciales de la capital cacereña. Esta acción se enmarcó dentro de los esfuerzos internacionales de socorro y acogida que se llevaron a cabo en varios países, especialmente aquellos que, como España, no habían participado directamente en el conflicto pero que, bajo el régimen de Franco, buscaban mejorar su imagen exterior.