No es solo dónde está la Princesa Mette-Marit , sino cómo se encuentra. Mientras toda Noruega contiene la respiración tras conocerse que su hijo, Marius Borg , será procesado a partir de febrero por 32 presuntos delitos , incluido el de violación, la mujer del Príncipe Haakon guarda silencio mientras continúan las especulaciones sobre su estado de salud. Son malos tiempos para la Corona noruega. En realidad lo son desde hace mucho. El escándalo de Marius Borg tiene atormentada a la familia real del país nórdico y su mutismo no hace más que prolongar la inquietud entre sus súbditos . De nuevo, todos se han metido en su búnker en una especie de refugio virtual contra la tormenta. La princesa heredera se vio obligada a cancelar su viaje a Estados Unidos con su esposo por recomendación médica. Se esperaba que Mette-Marit , de 52 años, se uniera al príncipe heredero Haakon en su viaje de tres días a Estados Unidos , entre el 6 al 9 de octubre. Pero el plan ha quedado súbitamente abortado. En un comunicado, un portavoz de la Corona declaró: «Se le ha recomendado a la Princesa Heredera que no viaje a Estados Unidos debido a su enfermedad pulmonar crónica ». Sin embargo, la pareja real sorprendió a todos este jueves en lo que pareció todo un desafío. O, como mínimo, una propuesta generadora de confusión . En plena crisis de imagen para la monarquía noruega, la princesa Mette-Marit reapareció públicamente en el marco del 90º aniversario de Filmparken , los emblemáticos estudios cinematográficos de Noruega. Lo hizo acompañada por su marido en un acto menor dentro de una agenda oficial. Por supuesto, no habló de nada: ni de su hijo… ni de su salud. Mette-Marit fue diagnosticada con fibrosis pulmonar en 2018 y desde entonces ha tenido que restringir sus funciones públicas. A principios de este año, Palacio confirmó que su enfermedad había progresado en un comunicado que dio mucho que hablar: «La Princesa Heredera presenta síntomas y dolencias diarias que afectan su capacidad para desempeñar sus funciones. Necesita más descanso y su rutina diaria cambia con mayor rapidez que antes. Esto significa que los cambios en su agenda oficial podrían ocurrir con mayor frecuencia y con menor antelación de lo habitual». El añadido fue tan impreciso como sigue: «La Princesa Heredera tiene un fuerte deseo de seguir trabajando y, por lo tanto, organizaremos su programa oficial en el futuro de la mejor manera posible para que su salud y su trabajo puedan compaginarse». Lo cierto es que desde entonces sus apariciones públicas han sido contadísimas mientras ha tenido que convivir con todos los escabrosos sucesos en torno a la figura de sus hijos y el cúmulo de incidentes protagonizados en los últimos años. Se hablaba de drogas, estados mentales alterados, violencia, maltrato … Fue el 18 de agosto cuando el hijo de la Princesa Mette-Marit fue acusado de 32 delitos, incluidos cuatro cargos de violación, y se enfrenta a una condena que podría ser de hasta diez años de prisión . Desde entonces, los herederos de la Corona solo han realizado dos apariciones públicas: una poco después de conocerse la fecha del juicio y otra la ya mencionada visita a los estudios de cine. Mette-Marit guardó completo silencio en ambas. Desde que se inició la investigación contra su hijo, la princesa no se ha referido jamás específicamente sobre el asunto. En aquella aparición de agosto, el Príncipe Haakon sí habló, aunque no dijo nada sustancial. «Ya se han aclarado los cargos. Ahora le corresponde al tribunal decidir . Por nuestra parte, seguiremos cumpliendo con nuestras obligaciones», fue todo lo que manifestó a la prensa. Nadie sabe nada de la Princesa Mette-Marit: ni dónde se encuentra ni cómo se encuentra. Fue en octubre de 2018 cuando la Casa noruega hizo oficial la enfermedad que parece, una afección en donde el tejido profundo de los pulmones se va cicatrizando. « Me duelen mucho los pulmones . Tengo que descansar para poder seguir con mis compromisos», expresó la princesa en su momento. Según indica la Clínica Mayo, a medida que avanza esta enfermedad, las personas que la padecen experimentan cada vez más falta de aire, cansancio extremo, pérdida de peso y tos seca. Más incierta es la velocidad a la que avanza la patología, pues depende de cada organismo. Todo son incertidumbres en torno a la Princesa Mette-Marit.