El cóctel donde se mezcla la inestabilidad política con una economía debilitada, con el mayor déficit público de la zona euro y con una deuda pública que no deja de crecer amenaza con convertir a Francia en el nuevo enfermo de Europa. En un momento en que Alemania, la tradicional locomotora europea, está dejando de lastrar el crecimiento de la zona euro y empieza a recuperar brío, la renovada incertidumbre política en Francia --la segunda economía de la unión monetaria-- "podría frustrar el repunte del crecimiento europeo", según empiezan a advertir analistas y firmas de inversión.