La acidificación de los océanos, el enemigo invisible que podría dejar sin dientes a los tiburones

Un nuevo estudio de la Universidad de Düsseldorf (Alemania) señala que la acidez del agua está haciendo que estos animales tengan dientes más frágiles y débiles 80 años después, la Segunda Guerra Mundial sigue contaminando el Pacífico El cambio climático tiene múltiples consecuencias: aumento de las temperaturas, deshielo de los glaciares, subida del nivel del mar, fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes… Una de las caras de este fenómeno se vive en las profundidades del mar, se conoce como acidificación de los océanos, y ya está afectando a animales como los tiburones . La acidificación de los océanos es el proceso a través del cual el agua del mar se vuelve más ácida. Esta acidez se produce principalmente por la liberación de dióxido de carbono generado por los seres humanos a la atmósfera. Cuando el CO2 se disuelve en el agua, se reduce el pH del océano, alterando así el equilibrio químico del agua al que están acostumbrados los seres vivos. Actualmente, el pH promedio de los océanos del mundo es de 8,1, pero se espera que en 2300 baje a 7,3, haciendo que el agua sea casi diez veces más ácida de lo que es ahora. Este fenómeno, alentado por el calentamiento global, constituye una grave amenaza para la vida marina : corales, moluscos y todo tipo de peces pueden tener dificultades para sobrevivir. Ahora un estudio realizado por investigadores de la Universidad Heinrich Heine de Düsseldorf (Alemania) ha revelado que uno de los grandes perjudicados de la acidificación de los océanos son los dientes de los tiburones . Estos animales utilizan diariamente estas partes de su cuerpo para capturar, sujetar y desgarrar a sus presas, por lo que son clave para su alimentación. La relación entre acidez y dientes más frágiles Los tiburones renuevan sus dientes constantemente : cuando uno se cae, lo reemplazan por otro nuevo, asegurando que siempre tienen la boca lista para cazar. Sin embargo, los investigadores señalan que esa capacidad de regeneración podría no ser suficiente si el calentamiento global sigue haciendo océanos más ácidos. “Los dientes del tiburón son armas altamente desarrolladas, diseñadas para cortar carne, no para resistir el ácido oceánico. Nuestros resultados demuestran lo vulnerables que pueden ser incluso las armas más afiladas de la naturaleza ”, explicó Maximilian Baum, uno de los autores del artículo publicado en la revista Frontiers in Marine Science . Para llegar a esta conclusión, el equipo de expertos analizó dientes desechados por tiburones en un acuario. Durante ocho semanas, estos se incubaron en tanques separados con aguas de distinta acidez. Aquellos que estuvieron expuestos a agua más ácida, presentaron un daño significativamente mayor al final del estudio. “Observamos daños visibles en la superficie, como grietas y agujeros, un aumento de la corrosión de las raíces y una degradación estructural”, señaló Sebastián Fraune, otro de los investigadores. El estudio también detalla que serán necesarias futuras investigaciones que sigan analizando los cambios de los dientes en los tiburones vivos. “Es un recordatorio de que los efectos del cambio climático se propagan por toda la cadena alimentaria y los ecosistemas”, concluyó Baum.