El antiguo Instituto B9 de Badalona, un edificio municipal okupado desde hace más de dos años, vuelve a estar ahora en el punto de mira porque se han detectado una decena de casos positivos de tuberculosis entre sus ocupantes, en los últimos dos años. Y el alcalde de la ciudad, Xavier García Albiol, asegura que desde el Ayuntamiento no tenían conocimiento de esta situación, porque que el Departamento de Salud no les ha enviado ningún tipo de notificación al respecto. Aunque las autoridades sanitarias insisten en que no se trata de un brote masivo, que implica un número mayor de contagios en un período y espacio concentrados, el hacinamiento y las condiciones precarias han facilitado la transmisión interna. De hecho, y según ha publicado El Periódico, uno de los infectados es un hombre que murió a finales de agosto tras ser apuñalado. El B9, situado en la frontera entre los barrios del Remei y Sant Roc, fue ocupado en junio de 2023 por familias migrantes procedentes de otros desalojos en la región metropolitana de Barcelona. Hoy alberga a entre 400-500 personas, según cálculos del Ayuntamiento. Se está en el trámite final para conseguir su desalojo, porque la intención del consistorio es derribar el edificio, porque se ha convertido en un foco de problemas por la inseguridad que genera en la zona, como foco de robos, venta de drogas o de prostitución. El alcalde de Badalona ha mostrado su sorpresa por descubrir la situación ahora, cuando el Ayuntamiento se encuentra en la "fase final" de un procedimiento judicial iniciado hace dos años para desalojarlo: "Nos sorprende que, después de dos años de trámites judiciales y con el desalojo inminente, conozcamos esto ahora", ha asegurado García Albiol durante una comparecencia, en la que también ha puesto de relieve que el consistorio "no ha recibido ni una sola notificación" por parte de la consejería de Salud. Y, en cualquier caso, ha dejado claro que, si la situación sanitaria impide el desalojo, el Ayuntamiento no permitirá que los residentes salgan libremente del edificio para "infectar a los vecinos de Badalona". Aunque eso no sería el caso, porque según ha confirmado el propio Departamento de Salud, los casos detectados ya han empezado el tratamiento y no son contagiosos. Por este motivo, Albiol ha dejado claro que el desalojo sigue adelante, tal y como estaba previsto. La tuberculosis (TB) es una enfermedad infecciosa causada principalmente por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, que afecta con mayor frecuencia a los pulmones (TB pulmonar), aunque puede comprometer otros órganos como los ganglios linfáticos, los riñones o el cerebro. Es una de las principales causas de muerte por enfermedades infecciosas en el mundo, con más de 10 millones de casos nuevos al año según la OMS, y se estima que un cuarto de la población global está infectada de forma latente (sin síntomas). En España y Cataluña, la incidencia es baja comparada con países de ingresos bajos, pero persiste en colectivos vulnerables como migrantes, personas en prisiones o asentamientos hacinados, donde el riesgo de progresión a enfermedad activa es mayor. Los síntomas varían según si la infección es latente (asintomática) o activa (enfermedad). En la TB activa pulmonar, los más comunes incluyen tos persistente (más de tres semanas), a veces con sangre o esputo; dolor en el pecho al respirar o toser; fatiga extrema y debilidad general; pérdida de peso involuntaria y falta de apetito o fiebre baja, sudores nocturnos y escalofríos. En formas extrapulmonares, pueden aparecer hinchazón en ganglios, dolor abdominal o problemas neurológicos. La TB se transmite principalmente por vía aérea: una persona con TB pulmonar activa expulsa gotículas infecciosas al toser, estornudar, hablar o escupir. Estas partículas pueden inhalarse por otros en espacios cerrados y mal ventilados, como el B9. No se contagia por contacto con objetos, apretones de manos o superficies; requiere exposición prolongada (horas o días). Una persona infectada sin tratar puede contagiar a 10-15 personas al año. La detección temprana con pruebas como la radiografía o el test GeneXpert, y el tratamiento con antibióticos (6-9 meses) curan el 85-90% de los casos, pero el abandono terapéutico es un peligro en entornos precarios. La vacuna BCG ofrece protección parcial en niños, pero no previene la transmisión en adultos.