Los ríos de Alaska se volvieron naranjas. Una señal inquietante de un Ártico que ya no volverá a ser el mismo

En la cordillera Brooks, las aguas que alguna vez fueron cristalinas hoy bajan turbias y anaranjadas. Científicos advierten que no es un accidente pasajero: el deshielo del permafrost libera químicos que envenenan ríos, peces y ecosistemas enteros, marcando un cambio que ya no tiene vuelta atrás.