Hoy en día seguimos midiendo la inteligencia de una forma muy limitada, asociándola casi siempre con habilidades lógicas o académicas. Esto hace que dejemos fuera otras capacidades igual de importantes, como la creatividad, la empatía o la capacidad de entenderse a uno mismo. Este enfoque limitado, no solo marca la forma en que evaluamos a los demás, sino que también afecta la autoestima y el desarrollo personal. Nos enfrentamos a una visión estrecha de la inteligencia que olvida que cada persona tiene talentos distintos, que pueden brillar en contextos muy diferentes. Por ello, en una nueva cita con el doctor Mario Alonso Puig en 'Herrera en COPE' exploramos precisamente eso: cómo entender que la inteligencia no es única, sino múltiple, y cómo este enfoque puede transformar tanto nuestra percepción de los demás como nuestro propio potencial. "La inteligencia es una capacidad que tenemos para podernos adaptar a las determinadas situaciones que nos permite entender, que nos permite utilizar eso que hemos comprendido y que de esa manera nos permite avanzar en la vida", ha señalado el especialista. El doctor ha querido responder a la pregunta de Alberto Herrera sobre "¿Qué es exactamente el cociente intelectual?". Lo describe como el resultado de una investigación de hace muchos años, cuyo objetivo era distinguir entre personas con diferentes niveles de inteligencia. Un estudio que generó preocupación por el riesgo de convertirse en un instrumento para juzgar y etiquetar a los individuos. En sus propias palabras, Puig afirma que "el test de cociente intelectual es un test que mide solo algunas de las capacidades de la inteligencia". El verdadero avance en este campo se atribuye al profesor Howard Gardner. Él postuló que no se debe hablar de "inteligencia" en singular, sino de "inteligencias" en plural, una perspectiva que, según Mario Alonso Puig, "lo cambia todo" al obligarnos a considerar la diversidad de capacidades en cada persona. Más allá de los números, Mario Alonso Puig insiste en que la inteligencia es fundamentalmente una capacidad de adaptación. Según sus palabras, "una capacidad que tenemos para podernos adaptar a las determinadas situaciones que nos permite entender, que nos permite utilizar eso que hemos comprendido y que de esa manera nos permite avanzar en la vida". Esto nos recuerda que la inteligencia no es algo predeterminado ni limitado a un coeficiente, sino una herramienta flexible que podemos poner en práctica en distintos contextos. Lo importante, señala el doctor, es entender que cada persona procesa la información de manera diferente. Como él afirma, "lo cambia todo" reconocer que no existe una sola forma de ser inteligente, sino múltiples formas que reflejan la diversidad de capacidades en cada individuo. Esta visión abre la puerta a una comprensión más amplia del potencial humano y a valorar talentos que los sistemas tradicionales tienden a pasar por alto. "Cuando una persona cree que no es inteligente, su autoestima cae", advierte Mario. Ese descenso emocional tiene un efecto inmediato en la parte cognitiva: "hay un cambio en el riego sanguíneo del cerebro y la parte que más está conectada con el mundo de la inteligencia recibe menos sangre, con lo cual, digamos, te haces más torpe". Con esta explicación, el doctor pone de relieve la conexión directa entre cómo nos sentimos y cómo funcionamos intelectualmente. Lejos de ser un asunto menor, la autoestima puede marcar la diferencia a la hora de afrontar desafíos. Puig recuerda que "cuando una persona se estima más, confía más", y esa confianza no solo fortalece su seguridad personal, sino que impulsa su capacidad para resolver problemas y desplegar sus talentos. En este sentido, la inteligencia no puede entenderse de manera aislada, ya que está profundamente vinculada al estado emocional que acompaña a cada individuo. En su reflexión final, Puig destacó dos formas de inteligencia que considera esenciales para la vida. Por un lado, la interpersonal, definida como "la capacidad de conectar con los demás, la capacidad de entender a los demás, la capacidad de ponerte un poco en sus zapatos". Y, por otro, la intrapersonal, que describe como "la capacidad de entenderte, no de juzgarte, sino de comprenderte y decir, ¿Qué me está pasando? ¿Cómo puedo hacerlo mejor?". "Tener bien presente que no hay nadie tonto, que no hay nadie incapaz, sino que tiene una inteligencia diferente", resumió Mario Alonso Puig. Un recordatorio de que cada persona posee un talento único y que la verdadera riqueza está en reconocer y potenciar esa diversidad. Puedes escuchar la sección completa en el audio al inicio de la noticia.