Holganza

Cuando barajé las opciones de destino para mis vacaciones opté por la tierra de mi padre, la hermosa Galicia, concretamente el idílico rincón de Laxe en la espectacular Costa da Morte. Con la intención de dormir sin la promesa de madrugar, disfruté de la riqueza natural de aquel enclave privilegiado del litoral que siempre recibe con exquisita hospitalidad a no ser que vayas de soberbio y maleducado «fodechincho». Ninguno es el mismo después de visitar la Costa da Morte y la no muy alejada de allí Santiago de Compostela ya que supone una oportunidad para descubrir nuevas versiones de uno mismo, convirtiéndose en una experiencia que deja huella.