La OTAN ha anunciado este viernes un giro estratégico en su postura militar en Europa. Tras la incursión de más de una decena de drones rusos en Polonia, el secretario general de la Alianza, Mark Rutte, ha presentado en Bruselas la operación ‘Centinela oriental’, un plan para blindar todo el flanco este de los aliados. El propio Rutte advirtió que la amenaza no afecta únicamente a los países que comparten frontera con Rusia. “Da la impresión de que si vivo en Madrid o en Londres estoy más seguro que si vivo en Tallin. Y eso no es cierto”, alertó, recordando que un misil ruso tarda apenas unos minutos más en alcanzar el corazón de Europa Occidental que en llegar a Estonia o Lituania. El proyecto Centinela oriental supondrá un cambio de paradigma. Hasta ahora, la defensa en el Este se basaba en operaciones individuales de policía aérea y en sistemas terrestres dispersos. Ahora, según el comandante supremo aliado en Europa, Alexus G. Grynkewich, se implementará un “diseño de defensa completamente nuevo”, flexible y ágil, que cubrirá desde el Polo Norte hasta el Mediterráneo. En la práctica, esta estrategia busca responder a un problema cada vez más frecuente: la imprudencia rusa en el espacio aéreo europeo. Los drones detectados en Polonia no son un caso aislado. También han sobrevolado Rumanía, Letonia, Lituania y Estonia, como ya alertó Rutte. Una escalada que, según expertos consultados por COPE, convierte a los drones en un desafío que amenaza directamente la seguridad de la Unión Europea. El plan anunciado implica la movilización de activos militares de aliados como Dinamarca, Francia, Reino Unido o Alemania. España, sin embargo, no forma parte de momento de la iniciativa. La ausencia es significativa, sobre todo porque nuestro país mantiene el gasto en Defensa por debajo del 2 % del PIB, un compromiso mínimo dentro de la Alianza. El refuerzo de la OTAN contempla varios puntos clave: Integración de defensas aéreas y terrestres en todo el frente oriental. Intercambio de información en tiempo real entre los aliados. Cobertura de brechas estratégicas para desplegar fuerzas donde más se necesiten. Respuestas rápidas a incidentes con drones como los ocurridos en Polonia. Según explicó Grynkewich, esto dará a la OTAN la capacidad de concentrar recursos en un punto específico “exactamente cuando y donde se necesite”. Lo ocurrido esta semana en Polonia, donde aviones aliados derribaron drones rusos en el incidente más grave desde el inicio de la guerra en Ucrania, ha dejado un aviso: la Alianza no está dispuesta a tolerar violaciones de su espacio aéreo. En palabras de Rutte, “sea intencional o no, es peligroso e inaceptable”. El ambiente en el país afectado ha sido de máxima tensión, como reflejó COPE desde Polonia, donde los vecinos viven con la sensación de estar en primera línea de la historia. Mientras tanto, Estados Unidos ha reafirmado su compromiso con la OTAN, y desde Bruselas se insiste en que todos los aliados están unidos. Aun así, analistas señalan que la presión sobre Europa aumenta. Como recoge el análisis de Herrera en COPE, la actuación rusa ha puesto a la Alianza “en un manojo de nervios” que exige respuestas inmediatas. La referencia explícita de Rutte a Madrid no es casual. España es la cuarta economía europea, pero se mantiene rezagada en gasto militar y con una opinión pública poco concienciada respecto a la amenaza rusa. La ausencia de Pedro Sánchez en las reuniones de alto nivel tras el incidente contrasta con la presencia de líderes como Macron, Meloni o Merz. En este contexto, la advertencia del secretario general no solo refuerza la idea de unidad dentro de la OTAN, sino que también lanza un recordatorio político: ningún país puede sentirse al margen de la amenaza. Como subrayó la Casa Blanca en declaraciones recogidas por COPE, incluso Donald Trump ha respaldado públicamente a la Alianza, consciente de que Putin está tensando al máximo la cuerda.