Se felicitaba Xabi Alonso este viernes porque ninguno de los futbolistas que habían viajado con sus selecciones estos días había vuelto a Valdebebas "lesionado ni tocado". Eso ocurría antes del último entrenamiento del Real Madrid antes de jugar ante la Real Sociedad este sábado. Una sesión que iba a traerle malas noticias, como si hubiese invocado al diablo.