El contexto: A pesar de sus numerosos discursos racistas, machistas y homófobos, Charlie Kirk es ahora para ellos un mártir político. Su asesinato a sangre fría ha servido a la derecha mundial para clamar venganza. También para acusar a la izquierda de no condenar la muerte del activista conservador, pese a que la abrumadora mayoría sí lo ha hecho.