Maíllo: "A lo mejor debemos irnos todos y que vengan otros sin mochilas a construir esperanzas frente al fascismo"

El coordinador general de Izquierda Unida avanza que pedirá en la negociación de Presupuestos expropiar las casas vacías a los grandes tenedores para incorporarlas al parque público de vivienda PP, Junts y Vox tumban la ley para reducir la jornada laboral a 37 horas y media Antonio Maíllo (Lucena, 1966) acaba de volver de Las Médulas , uno de los parajes naturales más devastados por los incendios que asolaron gran parte de la península ibérica en agosto. Las ideas de Izquierda Unida para evitar catástrofes como esta, la respuesta al Estado de Israel, la reducción de jornada o la unidad de la izquierda centran la conversación en el inicio de un curso político que se anticipa agitado para el Gobierno y también para su espacio político. Como novedad, para la negociación de los presupuestos, propone expropiar el uso de las viviendas vacías en manos de grandes tenedores para colocarlas en el mercado de alquiler asequible. El líder de IU lanzó hace algo más de un año una propuesta para el reencuentro de todas las fuerzas de la izquierda, incluido Podemos. De sus palabras en esta entrevista se desprende que las cosas no van bien y llama a todos los líderes políticos de los partidos a dejar de lado sus intereses personales y sus egos en favor de una propuesta para ganar al fascismo, tal y como describe la previsible alianza de gobierno entre PP y Vox. “¿Estamos todos de acuerdo en que tenemos que renunciar si para ello conseguimos el objetivo básico de seguir construyendo la esperanza democrática en España frente al fascismo? ¿Respondemos esa pregunta? Yo ya la respondo y digo que sí”, lanza a Yolanda Díaz, Irene Montero o Mónica García. También critica a quienes “están ya esperando que llegue el PP y Vox para construir no sé qué resistencia”, en referencia velada a Podemos, como luego reconoce. Y señala a los ególatras instalados en algunas formaciones “que son costra para conseguir los objetivos políticos”, aunque esta vez prefiere no poner nombres directamente. “A quien se siente aludido o aludida”, dice. Y esboza un mensaje de optimismo hacia el futuro: “Nada está perdido, todo está por construir”. Acaba de volver de visitar las zonas afectadas por los incendios. Izquierda Unida ha presentado un documento recientemente sobre este tema, ¿qué están proponiendo para que una catástrofe como esta no se vuelva a repetir? La visita a los territorios asolados te encoge el corazón. El entorno de Las Médulas deja un rastro que te impacta. Gente a la que le ha afectado incluso a la salud mental ante la hecatombe que se le ha venido encima y la destrucción de un medio donde han vivido siempre. Izquierda Unida tiene una propuesta, los incendios no se apagan en verano, sino que se previenen en invierno. Hay razones de carácter político que han provocado estos incendios. Se llama desregulación y privatización de los servicios de mantenimiento forestales, incapacidad de tener, como hacen los gobiernos como el de Castilla y León, plantilla permanente durante todo el año. Y luego un abandono de la España rural. Hay una proporción directa entre las zonas devastadas por el fuego y las zonas vaciadas de población, donde aumenta la masa forestal, se abandona el cultivo de la agricultura o de la actividad ganadera. Tenemos un plan de trabajo garantizado con salarios de 1.500 euros brutos mensuales y que supondría el 1% del PIB de inversión para garantizar en torno a un millón de puestos de trabajo dedicados al mantenimiento y preservación del medio rural. Es la única fórmula para que los jóvenes puedan quedarse, para fijar población y evitar un mayor vaciamiento, que junto con las olas de calor, la crisis climática o los vientos que en ese momento ocurran es pasto para nuevos incendios. Todo lo incendiado en España equivale a la mitad de la Comunidad de Madrid. El Partido Popular, como siempre, como hizo en la DANA, como hizo ya hace muchos años en el Prestige, oculta, echa la culpa por doquier y es la principal mecha y fósforo de los incendios que han ocurrido en sus territorios. Es el camino adecuado, pero a los nueve puntos le faltó un décimo, que es la ruptura de las relaciones diplomáticas, comerciales y económicas con Israel Hemos empezado el curso hablando de Israel. Lo hemos visto con las protestas en la Vuelta a España y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciaba esta semana un paquete de medidas contra el Estado de Israel, entre ellas un decreto para imponer un embargo de armas. ¿Cómo lo ve? ¿Creen que este es el camino correcto? Es el camino adecuado, pero a los nueve puntos le faltó un décimo, que es la ruptura de las relaciones diplomáticas, comerciales y económicas y posicionar a España en la causa de genocidio junto al Grupo de La Haya, ante el Tribunal Internacional de Justicia o el Tribunal Penal Internacional de La Haya. Siempre se intenta desdeñar esa opción, pero las coordenadas morales de un país se definen siempre por las posiciones que se tomaron en momentos de exterminio, de genocidio. Por fin ya se habla de genocidio, de exterminio de la población. El Gobierno de México, de Lázaro Cárdenas, rompió relaciones con la España de Franco y yo creo que eso definió favorablemente a un gobierno al que le tenemos gratitud eterna desde la España democrática. España tiene que dar ese salto para dar ejemplo. Lo más importante es que la población, no solo española sino europea, está a favor de las medidas que se han adoptado desde España. Antonio Maíllo, coordinador general de IU. Hemos empezado el curso también con una votación importante para el Gobierno, para Sumar, que es la reducción de jornada que se perdió el pasado miércoles. ¿Cree que queda dañada la coalición después de esta derrota parlamentaria? ¿Por defender unas ideas que nos parecen justas? En modo alguno. Un proyecto se consolida cuando se defiende aquello que se dice que se va a defender. Un proyecto se debilita cuando se pueden obtener victorias sobre tesis políticas que no compartimos, cuando traicionas tus principios. En este caso se ha sido enormemente coherente. Hay una correlación de fuerzas que es la que es, y ahora tiene que haber una voluntad de volver a iniciar el proceso, corregir las necesidades de mayor interlocución para garantizar una victoria la próxima vez que se lleve al Congreso. Y poner en marcha medidas que no necesitan el trámite de ley y que pueden suponer una mejora a los 12 millones de trabajadores y trabajadoras de nuestro país. ¿Y cree que hay margen para volver a llevarla y poder aprobarla? Yo creo que hay que situarse en un margen que significa lo mismo que con Palestina: si hay movilización popular, sin lugar a dudas las fuerzas que ofrecen ahora resistencia no la ofrecerían. Vamos a proponer la expropiación forzosa de uso a los grandes tenedores de viviendas vacías, para incorporarlas al parque público de alquiler asequible ¿Cómo cree que queda el liderazgo de Yolanda Díaz tras esta votación? Le digo lo mismo. Creo que defender lo que se cree no tiene que condicionar, no hay un cambio de nada. Lo único que a nosotros nos interesa desde Izquierda Unida es una perspectiva de que la lucha contra el fascismo —y hay que nombrarlo así– necesita de la unión y fuerza de un proyecto político que se lance y que reconecte con mucha gente que está ahora mismo en su casa. Y eso no tiene nada que ver con una votación popular, sino con la necesidad de que todos, tanto partidos como liderazgos, antepongamos nuestras legítimas aspiraciones personales a un proyecto común y colectivo que decida de manera amplia y democrática quién debe encabezarlo. La derrota de la reducción de jornada ahonda en la idea de que este gobierno tiene muy difícil sacar cosas de políticas de izquierda. ¿Cree que tiene sentido aguantar la legislatura si va a haber esa imposibilidad o esas dificultades para sacar medidas progresistas adelante? Cada vez estoy más convencido de que hay razones para mantener la legislatura hasta 2027 y hacerlo en una táctica ofensiva. Hay que presentar los Presupuestos Generales del Estado. El Gobierno no puede esconderse y renunciar a la ley más importante del año. Hay que afrontar ese debate e impregnarlo en la sociedad. Que la sociedad conozca cuáles son los avances que puede desarrollar un presupuesto y quién se opone a ello. Y hay que normalizar que, aunque se pierdan votaciones, el Gobierno está mandatado para llegar a 2027 y va a seguir haciendo política a través de reales decretos o de cualquier otra fórmula, aunque no sea la deseada. Los debates de presupuestos son una oportunidad para afrontar de manera descarnada el mayor problema que tenemos en nuestra sociedad en estos momentos materiales, que es el de la vivienda. Es fundamental que se pongan encima de la mesa las propuestas que hay y quién se opone a ellas. Nosotros no vamos a apoyar un presupuesto que invite a un gasto militar que ya no se puede dar Vamos a proponer la expropiación forzosa de uso a los grandes tenedores de viviendas vacías, para incorporarlas al parque público de alquiler asequible. Y veremos quién se lleva las manos a la cabeza, quién está por los especuladores y quiénes estamos por resolver de manera inmediata las cuestiones de vivienda. Si al final de la legislatura no llegamos a medidas que supongan una concreción en la vida particular de las familias y los trabajadores y trabajadoras de nuestro país, difícilmente vamos a poder tener la renovación del gobierno. Nos la jugamos todas en ese debate. Por eso se justifica apuntar con el dedo a quienes se opongan a determinados avances públicos y sociales. Se acabaron ya las caretas diplomáticas del debate versallesco y hay que apuntar a quienes con su voto, con su actitud o con su falso izquierdismo, evitan que haya mejoras objetivas y materiales a gente que lo necesita con imperiosa urgencia. Y si el proyecto de presupuestos se presenta y el PSOE lleva un incremento del gasto militar, ¿qué va a hacer Izquierda Unida? Lo que hemos hecho siempre. Usted sabe que dijimos que de gasto militar nada, de 5%, nada ni de 3%. Y nosotros no vamos a apoyar un presupuesto que invite a un gasto militar que ya no se puede dar. Entre otras cosas porque creo el margen de maniobra que tenemos en España para desmarcarnos de las directrices de [Donald] Trump y de la OTAN se debe seguir empujando. No vamos a apoyar el aumento de gasto militar, lo tenemos clarísimo. Maíllo, en un momento de la entrevista. Aunque eso suponga tumbar los presupuestos. No es que suponga tumbar los presupuestos, es que no debe ir en los presupuestos. Hace un año aproximadamente lanzaba Convocatoria por la Democracia, hablaba de cambiar el estado de ánimo de una izquierda acobardada, si no recuerdo mal. ¿Cómo ha culminado ese proceso? ¿Cree que en este año ha conseguido mejorar ese estado de ánimo de la izquierda? Ha habido dos fases. Una primera, antes de 2025, en la que prácticamente me dediqué a hacer, si me permite, terapia colectiva, de reencuentro de mucha gente, incluso de gente que no era de Izquierda Unida, que estaban muy preocupados por el avance de la extrema derecha y querían tener instrumentos de análisis de por qué se estaba produciendo esa sacudida. Había un estado de shock muy generalizado. Y una nueva etapa a partir de enero, febrero, donde la gente, asumiendo esa aparente nueva hegemonía reaccionaria en lo social, quería instrumentos de disputa para no asumir resignadamente que los espacios del fascismo se tengan que abrir de manera irremediable. Y la gran conclusión de esta convocatoria es la existencia de numerosos colectivos ciudadanos y gente a título individual que no va a arrojar la toalla y asumir resignadamente que lleguen PP y Vox por una suerte de destino divino. Por tanto, esos que están ya esperando que llegue el PP y Vox para construir no sé qué resistencia pueden seguir esperando, porque va a haber multitud de gente que no está dispuesta a asumir resignadamente esa llegada. Y si llegaran no va a ser por desistimiento nuestro. Y creo que es importante saber que hay una gente que aunque ha pasado del shock a la preocupación, no está dispuesta a ceder. Y movilizaciones como la de Palestina creo que son un aldabonazo en la reactivación y en la chispa que es necesaria para que la izquierda reconecte y pase a la ofensiva. Estoy proponiendo que si hace falta que nos vayamos todos y que vengan otros. Y que esos otros configuren y construyan un edificio desde la frescura, la ausencia de mochilas y de piedras en la mochila que está ya para mucha gente demasiado cargada En el CIS que salió ayer, el espacio de la izquierda alternativa no llega al 12%. Está un poco por debajo del resultado del 23J. Y eso en un escenario de división de la izquierda. Mientras tanto, Vox sigue bastante fuerte, por encima del 15%. ¿Qué se está haciendo mal? ¿Qué debe cambiar la izquierda para recuperar esa confianza de la que hablaba? España es el único país en la Unión Europea en el que gobierna una coalición de izquierda. Y sin embargo tenemos un estado de ánimo de preocupación o de pesimismo. Imagínese en los países donde ni siquiera se gobierna. Vox bebe y vive —porque no hace nada–del estado natural o del momento geopolítico, del trumpismo, de la hegemonía de la derecha y extrema derecha en la Unión Europea, de los debates racistas que han introducido. E igual que viven y beben de ese momento, ese momento puede pasar. Y en esa clave nos tenemos que concentrar en la izquierda, de aquí a 2027. Nada está perdido, todo está por construir. Los dirigentes tenemos que asumir posiciones en las que se anteponga el bien común a nuestras ambiciones personales. Y la gran etapa de futuro tiene que tener, si se hace bien, una correspondencia con nuevos liderazgos que a lo mejor nos tienen que superar a todos los que hemos estado en este ciclo político tan intenso y tan largo. A lo mejor el refresco de liderazgos colectivos y de una gran renuncia de todos nosotros puede hacer una reconexión que aborde lo que no somos capaces de abordar, que es la unidad de todo un espacio para garantizar que haya un gobierno que no sea reaccionario en nuestro país. Usted está proponiendo que... Estoy proponiendo que si hace falta que nos vayamos todos y que vengan otros. Y que esos otros configuren y construyan un edificio desde la frescura, la ausencia de mochilas y de piedras en la mochila que está ya para mucha gente demasiado cargada. Y sobre todo, anteponer un principio que es el del bien común. ¿Estamos todos de acuerdo en que tenemos que renunciar si para ello conseguimos el objetivo básico de seguir construyendo la esperanza democrática en España frente al fascismo? ¿Respondemos esa pregunta? Yo ya la respondo y digo que sí, y me gustaría que todos la respondieran, que antepusieran en un ejercicio colectivo de honestidad política que aquí estamos todos para servir a los demás y a un proyecto democrático. Lo que está ocurriendo es muy gordo y puede destrozar y echar por las cañerías de la historia los derechos conquistados durante muchos años. Tenemos que asumir una escenificación de que esa lucha por el bien común también cuenta con nuestra disposición a ponernos a un lado si ayudamos a ello. ¿Y cree que el resto de formaciones políticas están en eso? ¿Sumar, Podemos...? Pregúnteselo a ellos, pero hay cada ególatra ahí instalado que son costra para conseguir los objetivos políticos. ¿A quién se refiere? A quien se siente aludido o aludida. Ha lanzado muchos mensajes. Antes decía que cree que está esperando a que llegue la extrema derecha para jugar en ese terreno. No sé si se refería a Podemos. Evidentemente, lo están diciendo ellos. hay cada ególatra ahí instalado que son costra para conseguir los objetivos políticos Lo digo porque cuando usted asumió el liderazgo de Izquierda Unida hizo una amplia llamada a la unidad, se puso el objetivo de trabajar por esa unidad, de restablecer el diálogo con Podemos, y los mensajes que le escucho no sé si describirlos como pesimistas en este sentido. ¿El diálogo con Podemos no ha fructificado? ¿Cree que hay que dejar de lado la tarea de tratar de atraerles a una candidatura de unidad? Mi discurso es de un optimista bien informado, vamos a decirlo así. Cada uno se está definiendo en este momento tan importante en la vida de nuestra sociedad. Lo que no podemos hacer es estar paralizados. Hay elementos de esperanza que nos deben llevar a la responsabilidad, no a la frivolidad. La respuesta en Brasil, institucional, seria, solvente, de un país que se niega a ser humillado por Estados Unidos en la política de aranceles, que se niega a asumir los las presiones de Trump para absolver a [expresidente brasileño Jair] Bolsonaro y que condena a 27 años y medio a un antiguo jefe de Estado por dar un golpe de Estado. Es un país que te dice cuál es el camino. Un Brasil que desde el principio, cuando aquí estábamos decidiendo si era extrema derecha, autócrata, derecha, extrema, autoritaria, ya hablaba de fascismo. Por eso no podemos paralizarnos, tenemos que seguir adelante, construir todas las organizaciones que quieran un espacio unitario que ofrezca a la sociedad española una esperanza de que no tiene por qué venir el fascismo. Y el que no quiera tendrá que responder o caerá también en el sumidero de la historia, como esperamos que caiga el fascismo. Maíllo, en la redacción de elDiario.es. ¿Y cómo ve una propuesta como la que lanzó el portavoz de Esquerra Republicana en el Congreso, Gabriel Rufián, de una candidatura muy amplia de izquierda, en la que esté también quizá la izquierda soberanista? El valor de las declaraciones de Gabriel Rufián, que es una persona muy respetada dentro de la militancia de Izquierda Unida, lo escuchan con mucha atención y respeto, es la virtud de decir 'oye, que esta gente como vengan van a arrasar con todo, vamos a buscar fórmulas que nos permitan combatirlo'. El nivel de concreción tiene la debilidad de que hablaba por él, no hablaba en nombre de las organizaciones. Y a las organizaciones políticas, sobre todo a las que uno pertenece, tienes que convencerlas primero para defender tu propuesta. Pero como aldabonazo de lo que nos estamos jugando, me parece que fue una respuesta interesante. La solución la veo más complicada porque no responde a tradiciones políticas como para plantear una traducción electoral, pero no hay que cerrarse a nada. Y una última pregunta también relacionada con cómo debe organizarse la izquierda. Andalucía seguramente será el primer test de cómo va a funcionar o de si va a existir la unidad de la izquierda. ¿Cómo están las cosas en Andalucía? ¿Hay diálogo con Podemos para poder hacer una candidatura conjunta? Izquierda Unida va a seguir adelante. Somos una organización seria que comprende los retos que hay y la demanda de la sociedad andaluza de izquierdas de un proyecto que sea alternativa al Partido Popular, que está arrasando con la sanidad pública y que no está acometiendo las grandes reformas estructurales andaluzas. Y desde esa construcción de responsabilidad política, un proyecto como es Por Andalucía, en el que está Izquierda Unida, en el que están todos. Si no van todos es que hay alguien que se sale. No estamos creando una cosa nueva. Pero todo proyecto que se precie y con las fechas que hay, tiene acuerdos, va a desarrollar sus primarias, que culminarán en septiembre, después se desarrollarán con el resto de organizaciones y abordarán lo que es más importante, un proyecto político para Andalucía que tiene que elaborarse colectivamente y que no puede esperar a última hora. Entrevista completa: Vídeo: Salvador Fenoll y Javier Cáceres.