El PP niega la existencia del genocidio de Gaza en la Asamblea de Madrid y al mismo tiempo justifica todo lo que ha hecho el Gobierno de Netanyahu porque está defendiendo "la civilización" Ayuso carga contra la Agencia Tributaria tras conocer los audios de la inspectora de su pareja: “Es una máquina de expulsar fortunas, inversiones y propiedad” En el segundo día del debate del estado de la región, Isabel Díaz Ayuso y el PP de Madrid tuvieron que hablar del genocidio de Gaza y soltaron todo lo que llevan dentro. ¿64.000 muertos? ¿17.000 menores asesinados? Pocos les parecen. Israel está defendiendo a “Occidente”, y por tanto a España. Tendríamos que estar agradecidos de que hayan matado a tanta gente. “Israel es el país que nos estaba defendiendo hasta la fecha”, dijo Ayuso. ¿Contra quién? ¿Contra Hamás que no ha matado a nadie en España ni de hecho en ningún país de Europa? No importa. Israel es nuestro salvador y tiene derecho a convertir Gaza en un lugar inhabitable. El portavoz del PP en la Asamblea de Madrid mostró la misma falta de sensibilidad de un verdugo, porque los 'minions' están para eso. Para revolcarse en lo que le han ordenado y llegar mucho más lejos que la líder. Carlos Díaz Pache no sólo negó que se haya producido un genocidio, sino que se burló de los que lo denuncian. “Curioso genocidio en el que el supuesto genocida avisa por tierra, mar y aire de los objetivos que va a destruir para que no haya víctimas”. Mintió cuando afirmó que Israel avisa siempre con antelación cada vez que se produce un ataque aéreo o terrestre. Sobre la última ofensiva para eliminar la presencia de seres humanos en Ciudad de Gaza, donde aún quedaban 900.000 personas, ni siquiera eso sería una excusa admisible. Avisar antes de que vas a cometer crímenes de guerra –porque eso es expulsar a toda la población civil de una zona– no te libera de la responsabilidad de esos hechos. Para el PP madrileño, criticar la eliminación de decenas de miles de personas en Gaza es una forma de racismo: “Lo que están haciendo es puro antisemitismo”, dijo su portavoz. Ante los gritos de los diputados de Más Madrid, no se quedó ahí. “Sinvergüenzas. Estamos defendiendo la civilización”. Hay que confiar en que el PP no crea que la “civilización” europea, con independencia de lo que eso signifique, exige asesinar a niños o mutilar a 21.000 menores de edad. En ese caso, no habría ninguna diferencia con la barbarie. En realidad, no hay civilización que justifique matar a familias enteras porque entre sus miembros hay un periodista, porque eso ha ocurrido en los últimos dos meses en Gaza. Si es así, y hay muchos ejemplos a lo largo de la historia, no se está defendiendo una civilización, sino un imperio. Como escribió Tácito citando a un enemigo de Roma, “hacen un desierto y lo llaman paz” (ubi solitudinem faciunt, pacem appellant). La paz de los cementerios o de las fosas comunes. No es la historia la que interesa al PP de Madrid. Es más importante ajustar cuentas con los enemigos. En la escala de prioridades de Ayuso, los ciclistas tienen más valor que las víctimas de una matanza. “Se está atentando contra la vida de estos deportistas”, dijo sobre los participantes en la Vuelta Ciclista a España. Que se sepa, no ha muerto ningún ciclista a causa de la movilización en favor de Gaza. Pero con esa frase se puede equiparar a los que se manifiestan con los terroristas. Ayuso no necesita más para ser feliz. La presidenta de Madrid creía tener un argumento ganador cuando animó a los presentes “a pasear por las calles de Gaza y las de Tel Aviv”, refiriéndose a los derechos de los homosexuales. Si alguien paseara por las calles de la mayoría de las ciudades de Gaza, sólo encontraría un mar de ruinas y no tendría comida con la que alimentarse. Ser heterosexual no le supondría ningún alivio. A comienzos de la semana, Alberto Núñez Feijóo dijo en Telecinco que “lo que está haciendo Israel es inadmisible”. Ayuso cree que todo está justificado para sostener que el lugar de la izquierda es el infierno. Si eso supone pasar por encima de una montaña de cadáveres, le da igual. Más Madrid y el PSOE no se cortaron al denunciar la actitud del PP. Acusaron a Ayuso de “ponerse del lado de los genocidas y del lado de Netanyahu”. Manuela Bergerot, hija de exiliados argentinos, fue demasiado lejos cuando la comparó con la dictadura de Argentina. “Los suyos en Argentina son los que organizaban partidos de fútbol para que no se oyeran los gritos de los torturados. Los suyos en Argentina son los que hicieron desaparecer a 500 bebés”. Es algo más que discutible trasladar a políticos del presente a acontecimientos políticos del pasado, y es lo que hace Ayuso con frecuencia equiparando a los dirigentes actuales de la izquierda con la Unión Soviética. En el ambiente habitual en la Asamblea de Madrid, esto es lo de todos los días. Ayuso mira hacia arriba en el debate del estado de la región. Donde la oposición lo tenía fácil era con todo lo que ha dicho Ayuso sobre la investigación judicial a su novio por fraude fiscal. Ahí, la líder del PP madrileño nunca decepciona. Continúa afirmando que todo es una conspiración a pesar de que la Agencia Tributaria le pilló creando facturas falsas por valor de más de un millón de euros. “Usted y el Grupo Quirón son una sociedad con ánimo de lucro”, dijo Bergerot. La oposición fue más efectiva cuando denunció que “la vivienda social está estancada desde que usted llegó al poder”, que hay “casi un millón de pacientes en las listas de espera” sanitarias o que no se ha construido una biblioteca pública en Madrid desde 2010. España debe de ser el único lugar del mundo en que un político elogia a Florida. Hay todo un catálogo de titulares de noticias reales protagonizadas por habitantes de ese Estado a cada cual más demencial y que suelen empezar por “Florida man”. Ayuso volvió a mostrar su admiración por Miami y Florida, porque cree que todos los inmigrantes cubanos que han llegado allí a lo largo de décadas se convirtieron de inmediato en empresarios. “No queremos ser un país en que se necesita pedir un crédito para ir a la universidad o ser atendida por la sanidad”, le respondió la socialista Mar Espinar. Sobre el novio y sus facturas falsas, Ayuso estuvo a la altura de lo que le pide su afición y cargó directamente contra la Agencia Tributaria. Es algo que no haría casi ningún dirigente del PP y que demuestra hasta qué punto le pone de los nervios todo lo que tiene ver con Alberto González Amador. La calificó de “máquina de expulsar fortunas, inversiones y propiedad”, como si fuera un enemigo de la economía. “Ahora mismo en España cada vez que un ciudadano o empresa tiene que litigar con Hacienda tiene que demostrar su inocencia”, dijo, convencida de que contaba con un argumento de peso. Suele ocurrir cuando la Agencia Tributaria ha demostrado con los documentos que tú mismo has presentado que estás intentando engañar a Hacienda y pagar menos impuestos de los que te corresponden. Con los fondos que recauda Hacienda se paga el salario de Ayuso y la Administración que gobierna, así que es mejor para ella que la Agencia Tributaria haga bien su trabajo. Pero, claro, es el novio el que le pone el piso.