Pensaba que el concursito habría desaparecido, pero va por su cuadragésima cuarta edición. ¡Sapristi! Cada año, y a estas alturas del siglo, miles de escolares son invitados a representar (con macarrones, rotuladores y metáforas chachipirulis) qué es, para ellos, un rey. Quien dice «un rey» dice «nuestro amado monarca» , no Catalina la Grande ni Carlomagno. Sospecho que el alcalde de Madrid nunca ganó este edificante certamen cortesano (dibujar con macarrones es más difícil de lo que parece) y la espinita andará removiéndose por sus adentros. Ahora que puede, ha aprovechado la tribuna de oradores del pleno municipal para lanzar su propia franquicia: ¿qué es para ti un genocidio? La primicia la dio en el último debate, replicando a un concejal de Más Madrid que le pedía que llamase a las cosas por su nombre. «Lo que está pasando en Gaza no me gusta, pero, para mí, no es un genocidio». El avispero terminológico lo había agitado unos días atrás el presidente del Gobierno, en declaración solemne. Anoten: a partir de los sesenta y tres mil muertos ya se puede decir la palabra que empieza por ge . «Por eso el Gobierno de España ha decidido dar un paso más y poner en marcha de forma inmediata…», declaró Pedro, cariacontecido. Para los escolares: de ahora en adelante, «inmediatamente» significa «la semana que viene». Te apresuras con la declaración y claro, los juristas de Moncloa acaban implorando prórroga. Eso sí, al día siguiente, en el Congreso, pecho hinchado y señorías: soy un pionero . En el ambiente flotaban aquellas declaraciones de Albares, asegurando que estaban esperando que la Corte Penal Internacional determinase si la aniquilación de miles de civiles merecía el calificativo o si nos estábamos propasando. Ione Belarra , desde las alturas, pedía que comprobasen el libro de sesiones. Que Sánchez haya salido al atril por razones oportunistas no invalida la pertinencia de la declaración , que será muy simbólica y lo que ustedes quieran («¿cuántas divisiones tiene el papa?»), pero bastó para que esa madriguera de criminales de guerra —todavía conocida como «gobierno de Israel»— se apresurase a agitar el pañolón del antisemitismo y a prohibirle la entrada de un par de ministras. A los israelíes les importa mucho su buen nombre, y no quieren que la sangre de miles de niños asesinados les empañe la reputación. Imagino que por eso están tan enfadados con que a los dichosos españoles les moleste que un equipo financiado por sus próceres se pasee en bicicleta aireando el olor a muerto. Leo que alguien se trastabilló durante una de las protestas, suceso que ha excitado a los sionistas patrios porque claro, que si Múnich 82 y Nobody expects the Spanish Inquisition . Últimamente no dan abasto: llevan una semana consternadísimos por el terrible asesinato de un conciudadano residente en Jerusalén . La noticia, que ha salido en todos los telediarios y a la que se ha respondido mediante un comunicado de Exteriores con condolencias a su familia… les parece que está siendo silenciada. «Se echan en falta minutos de silencio, batucadas de progreso y condenas sin matices ante la muerte de un español a manos de terroristas», decía el otro día en la radio un tal Peláez, alertándonos de que faltaba conmoción porque el fulano era judío. Lo dice él, que lo tendrá comprobado. Muchacho, si tanto te urge la protesta, convócala tú. Volviendo al velocípedo , parece que la etapa de este fin de semana pasa por Madrid y los colaboracionistas habituales están armando un dispositivo policial sin precedentes. Lógicamente, prefiero las manifestaciones pacíficas pero, a estas alturas de los acontecimientos, tendrían que esnafrarse varios centenares de velocistas para que sus pupitas me conmoviesen.